¿Acabas de ser papá y te sientes infeliz?

Un nuevo estudio llevado a cabo en Alemania concluyó que traer al mundo a un hijo puede ser peor para el bienestar mental de una persona que el divorcio o la muerte de un ser querido. Son palabras horribles, ¿verdad? ¿Cómo es que tener un hijo puede convertirse en algo tan miserable?

Padres e hijos Danielle Guenther (9)

Bueno, es un poco pronto para sacar conclusiones del estudio, que requiere replicarse para que sea corroborado. Pero los resultados son intrigantes y pueden ser el punto de partida para una reflexión sobre el fenómeno de formación de las familias en el mundo actual.

Uno de los objetivos principales del estudio publicando en la revista Demography, era analizar por qué los índices de natalidad en muchos países desarrollados habían caído y se mantenían bajos. Además de esto, la investigación pretendía revelar por qué muchas veces existe una disparidad entre el número de hijos que las personas dicen querer tener, y los que realmente tienen.

El grupo de investigación dio seguimiento a 2,016 parejas alemanas sin hijos, y registraron información desde el nacimiento del primogénito hasta aproximadamente dos años después. Los participantes tenían que responder periódicamente preguntas como “¿Qué tan satisfecho estás con tu vida, tomando en consideración todas las cosas?”, en donde las respuestas iban de 0 (totalmente insatisfechos) a 10 (totalmente satisfechos).

De forma general las parejas se mostraban satisfechas antes del nacimiento de su primer hijo, con una felicidad en constante crecimiento en anticipación al embarazo. Sin embargo, tras el nacimiento del primer hijo, solo el 30% de los padres mostraron los mismos o mayores niveles de satisfacción. El 70% restante informó una disminución en su felicidad.

Entre ese grupo de nuevos padres y madres que se hicieron menos felices, 37% reportaron caídas de una unidad, el 19% un descenso de dos unidades y el 17% un descenso de tres unidades. Esto se considera bastante grave.

¿Por qué un recién nacido trae tanta infelicidad? Probablemente por qué esos dos años son los más difíciles, donde abundan las noches sin dormir y desafíos que previamente parecían impensables.

Además, otro estudio publicado en el Population and Development Review en 2011 reveló que tener hijos viene acompañado con una caída de la felicidad durante los primeros años, pero con un aumento en la felicidad general un poco más tarde, cuando ya no dependen tanto de los padres (y dejan de chupar toda la alegría del alma).

En este nuevo estudio alemán, los desafíos que representa la paternidad se dividieron en tres categorías que afectaron el deseo de reproducirse nuevamente: primero se tomaron en cuenta los problemas de salud en el embarazo (percibidos por ambas partes), y después las complicaciones durante el parto. El tercero fue el desafío continuo que representa educar a los hijos. Los padres informaron cansancio debido al acto de tener que amamantar, privación del sueño, depresión, aislamiento doméstico y problemas en la relación conyugal.

Otro descubrimiento sorprendente de esta nueva investigación es que la caída en los índices de felicidad fue extrema si se compara con otros estudios que emplearon las mismas medidas. El divorcio fue medido con una caída de 0.6 en la felicidad, por ejemplo, mientras que la muerte de un cónyuge o pareja en 1.0

Mientras que tener un bebé llevó a un descenso promedio de 1.4 unidades en la felicidad de las personas, y muchos padres que indicaron el deseo de tener más hijos se detuvieron con el primero. La asociación de negatividad resultó particularmente elevada para los padres más viejos y aquellos con niveles más elevados de educación.

La conclusión de la investigación es que las parejas deben considerar el cambio que sufrirá su vida antes de tomar la decisión de tener un hijo. Las expectativas más apegadas a la realidad pueden evitar un descenso tan evidente en la felicidad.

Los autores de esta investigación, Rachel Margolis y Mikko Myrskylä, están afiliados al Departamento de Sociología de Western Ontario, en Canadá, con el Laboratorio de Felicidad y Bienestar del Instituto Max Planck de Investigación Demográfica, en Alemania, con el Departamento de Política Social de la London School of Economics and Political Science, en el Reino Unido, y con el Departamento de Investigación Social de la Universidad de Helsinki, en Finlandia. Gizmodo

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7 comentarios en «¿Acabas de ser papá y te sientes infeliz?»

  1. pues yo tengo una niña de casi cuatro años, y ni de coña otro, han sido los peores años de mi vida, yo jamas queria niños, y bueno al final acepte, por mi esposa y presion de mi suegro, y no ni de broma caigo de nuevo, nunca he jugado con ella, me aburre, ahora diran egoista, pero a lo mejor egoistas son los que querian que tuviera sabiendo que no jugaria con ella, que la dejaria con el movil, para estar yo tranquilo, que hago lo justo y necesario, baño merienda y cena, pero nada mas alla de eso, soy como un robot, todos los dias iguales y la felicidad por supuesto que ha bajado, si haces algo que no sientes no puedes disfrutar eso es obvio, en fin, todo aquel que tenga dudas o no se vea como padre que no lo haga por nadie, no es una tele que puedas descambiar, no vienes con cheque regalo.

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  2. Los hijos, lo mejor de la vida.
    Lo son todo, son tu motor ,son tus alegrías y también lo otro, tus preocupaciones. Te dan felicidad, amor, compañía. Son la vida misma.
    Yo y mi esposo feliz con nuestras 4 hijas.
    Porsupuesto que no es fácil , pero cuando los ves crecer son tu gran orgullo y tus mejores compañeros.

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  3. pues yo no quiero hijos, por que con lo que la pasaron mis papas, tengo que agradecerlo pero tambien reprocharlo, soy yo y mis 3 hermanos, y esto ocurrio por poca planificacion familiar, y dejadez. hoy en dia me debato para pagar mi universidad, pero ellos con su mala economia solo me piden prestamos. por lo que miserablemente no he pisado ni la facultad mas barata.yo no quiero niños, quiero hacer mis objetivos y sueños. quero a una mujer con ambiciones iguales, que quiera superarse(pero no en la maternidad).

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