7 coincidencias históricas que no encontrarás en los libros

El destino (o el universo) suele jugar con nosotros poniéndonos en situaciones que muchas veces resultan tan fuera de lo normal que es imposible creer. Los humanos adoptamos el término “coincidencia” para encasillar este tipo de eventos y, aunque suceden prácticamente todo el tiempo, algunos episodios resaltan por su improbabilidad. Échale un vistazo a estos 7 casos de coincidencias históricas que prueban que la vida siempre ha sido algo loca.

cara expresion sorpresa

El curioso caso del número 21.

Cuando todavía era un niño, un astrólogo le advirtió al rey Luis XVI de Francia que se mantuviera siempre al tanto de los días 21 de cada mes. El hombre siguió este consejo en la medida de sus posibilidades, pero el destino terminó alcanzándolo: el 21 de junio de 1791 fue a prisión cuando intentaba huir de la Revolución Francesa. El día 21 de septiembre de 1792 Francia terminó aboliendo la monarquía. Mucho más lamentable para el rey fue su ejecución el día 21 de enero de 1793.

Caín y Abel.

abraham-lincoln retrato

Abraham Lincoln, presidente estadounidense que comandó al país durante la Guerra Civil, fue asesinado por John Wilkes Booth en el año de 1865. Sin embargo, muy pocos saben que, poco antes del crimen (la fecha no es precisa), su hijo Robert Lincoln cayó en las vías de un tren y fue salvado por nadie más que… Edwin Booth, el hermano del asesino de presidente Lincoln.

Cambio de identidad.

Durante la Gran Guerra, los británicos transformaron el barco de pasajeros RMS Carmania en un barco de guerra y lo disfrazaron como el barco de guerra alemán SMS Cap Trafalgar. ¿Adivina a que embarcación hundió el barco británico el 14 de septiembre de 1914? Precisamente, al verdadero SMS Cap Trafalgar… que los alemanes habían disfrazado como el propio RMS Carmania para que pareciera un barco de pasajeros.

Un mensaje intrigante.

moneda diez pesos

Durante buena parte de la Guerra Fría, la Unión Soviética utilizó monedas huecas para pasar mensajes. De forma totalmente inesperada una de estas monedas fue a parar a manos de un pequeño en los Estados Unidos, que descubrió un mensaje criptografiado en el interior y se lo entregó a las autoridades en 1953. El código se mantuvo sin ser descifrado hasta que, en 1957, el espía ruso Reino Hayhanen, que se mantenía como infiltrado desde hacía cinco años, se entregó a las autoridades y recibió como tarea descifrar el código. Aquí vino este descubrimiento: era un mensaje de bienvenida para el propio Hayhanen, que se había extraviado sin llegar al destinatario.

La mujer vs el mar.

Violet Jessop fue una enfermera argentina con mucha (mala) suerte. Especializada en el trabajo en barcos, en 1911 iba a bordo del RMS Olympic, que colisionó con el crucero HMS Hawke y por poco se hunde. Un año después, se subió a otro barco para trabajar: el RMS Titanic. Después de sobrevivir a la tragedia del impacto contra el iceberg, consiguió un empleo en el HMHS Britannic… que se hundió en 1916 tras pasar sobre una mina marina. Conocida como “Miss Inhundible”, a Jessop la venció la muerte hasta 1971, cuando tenía 83 años.

“Hijo, ponte el cinto”.

cinturon salvavidad

Durante la Segunda Guerra Mundial, en 1942, un hombre estadounidense llamado Elgin Staples tomaba un pequeño descanso en el USS Astoria, donde trabajaba, cuando despertó y vio que la embarcación se estaba hundiendo. El sujeto se salvó gracias a un cinturón salvavidas. El barco que lo rescató también se hundió – y se salvó gracias al mismo cinturón. Esto sucedió en Guadalcanal, pero el cinturón provenía de los Estados Unidos. Al retornar a su hogar descubrió, atónito, que el cinturón había sido confeccionado en la fábrica donde laboraba su madre – y que ella misma lo había inspeccionado y aprobado.

Crucigramas y espías.

Un profesor llamado Leonard Dawes invertía su tiempo libre del retiro elaborando crucigramas para el periódico británico Daily Telegraph durante la época de la Segunda Guerra Mundial. En un periodo de dos semanas en el mes de mayo de 1944, los pasatiempos que elaboró contenían palabras como Utah y Omaha (el nombre código de dos operaciones de los Estados Unidos en el Día D), entre otro términos sospechosos. El servicio secreto de Gran Bretaña interrogó a Dawes creyendo que era un espía alemán, pero todo aquello no fue más que pura coincidencia.

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7 comentarios en «7 coincidencias históricas que no encontrarás en los libros»

  1. Lo curioso del caso Jessop es que el Olympic, el Titanic y el Britannic eran buques gemelos. Y el caso de Dawes se debió, al parecer, a que incluía en sus crucigramas palabras que le sugerían sus alumnos, los cuales para ir a clase pasaban junto a una base norteamericana, y posiblemente fue allí donde oyeron tales palabras

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