6 mitos tontos sobre el ser humano en los que todavía creemos

“Datos” totalmente erróneos sobre la salud, dieta, sexo y cualquier otra cosa que se relacione al cuerpo humano continúan siendo propagados en la cultura pop y, a veces, incluso llegan a las aulas de clase. Y no es que deberíamos sentirnos culpables por creer todavía en absurdos propagados sobre nuestro propio ser, pero tampoco está de más rectificar.

6. Sentarse muy cerca del televisor puede dañar la vista.

television

¿Qué niño nunca maldijo por tener que levantarse para sentarse más lejos de la televisión a ver los dibujos animados pues, según los padres, estar muy cerca de la “caja tonta” es malo para la vista?

Sí existe una relación directa entre sentarse muy cerca de la televisión cuando niños y requerir lentes a una edad adulta, pero probablemente no de la manera en que se piensa. Es decir, si el niño se sentaba tan cerca de la televisión a los siete años, es porqué ya tenía problemas de visión desde aquella época.

En realidad, en todos los estudios que se llevaron a cabo para probar si existe una distancia mínima a la que la TV comienza a freír los ojos, jamás apareció ninguna evidencia de que causara defectos visuales.

Estos rumores muy probablemente surgieron porque los viejos televisores emitían radiación, y las personas se preocupaban porque una proximidad con la TV dañara sus ojos.

Vale la pena recordar que mirar fijamente a las pantallas – sean de televisión, computadora o celular – durante largos periodos de tiempo puede causar molestia en los ojos, provocando dolores, o dejándolos tensos y resecos, pero eso no se debe a que la pantalla está perjudicando de forma activa los ojos; atiende más bien a una concentración excesiva sobre un determinado punto que se traduce en un pestañeo de menor frecuencia, provocando que los ojos se cansen. Es recomendable hacer alguna pausa antes de volver a ver la pantalla.

 

5. Los dientes blancos son una señal de buena salud.

Puedes creer que una dentadura blanca es atractiva, aunque sólo sea algo cultural, mientras que una dentadura amarillenta nos remite la imagen de una persona nada higiénica, o de un fumador que no se cepilla los dientes desde hace años.

dientes

Sin embargo, los dientes muy blancos no son naturales; son el equivalente oral a la silicona. El color natural de los dientes humanos es el amarillo. Por supuesto, el café, los cigarrillos y no cepillarse los dientes con frecuencia pueden tornarlos más oscuros. Pero el cenit de una boca saludable no son dientes tan blancos que llegan a cegar a los que están cerca.

En realidad, los intentos tontos y desesperados por limpiarse los dientes para que queden blancos pueden llegar a dañarlos. Los cepillos duros son abrasivos y adelgazan los dientes removiendo sus capas externas. Las marcas de crema dental que prometen “blanqueamientos” no son más que puros engaños. E incluso si decides blanquearte los dientes con un profesional, el esmalte será damnificado, lo que también es algo malo para la salud bucal.

 

4. La capacidad de enrollar la lengua no es un rasgo genético.

Si no puedes enrollar la lengua en forma de tubo, no es por qué tus padres no puedan. Y si puedes, pero ninguno de ellos lo logra, tampoco significa que seas hijo del lechero.

lenguas

Incluso hace más de 70 años, en 1950, los estudios ya habían demostrado que la habilidad de enrollar la lengua no es una característica transmitida de padres a hijos. Es un comportamiento que puede ser aprendido.

Las investigaciones identificaron que el porcentaje de niños que pueden hacer esto aumenta de 54% en los grupos de entre 6 y 7 años hasta el 76% en los de 12 años. Eso significa que muchos niños practican el truco hasta que aprenden a hacerlo.

La afirmación original de que esta habilidad era una herencia genética vino de un artículo publicado en 1940, que animosamente afirmaba haber descubierto “una nueva característica hereditaria en humanos”. Como si hacer muecas fuera una característica genética.

 

3. El cabello y las uñas siguen creciendo después de que las personas mueren.

Este mito ha sido tan diseminado, que no sería extremo pensar en tomar las mediciones de algún cadáver y después exhumarlo para comprobarlo. Pero, ¿será que las uñas y el cabello entran en negación después de nuestra muerte, continuando con su ciclo de crecimiento como si nada hubiera pasado?

cabello

No. De la misma forma que cualquier otra cosa en nuestro cuerpo, el cabello y las uñas requieren de un suministro constante de nutrientes, oxígeno y sangre para continuar su crecimiento, tres cosas que no están disponibles en un cadáver.

El mito – famoso desde la Primera Guerra Mundial, cuando llegó a aparecer hasta en los libros – puede haber nacido del hecho que, después de la muerte, el cuerpo comienza a secarse y marchitarse, un proceso en el que la piel se aparta de las uñas y los cabellos de forma que pareciera que se hacen más largos, cuando en realidad, la piel es la que se está encogiendo.

Las personas que encontraban muertos en aquella época y se daban cuenta de esto, pudieron haber pensado que el cabello y las uñas crecían, en vez de razonar que era el cuerpo el que estaba disminuyendo en tamaño.

 

2. El pie plano no es un defecto, ni hace a la persona más propensa a lesiones.

Si padeces el llamado “pie plano”, en algún momento te deben haber considerado como alguien “anormal”, o no apto para hacer el servicio militar. Pero no es tu culpa; durante la Segunda Guerra Mundial, miles de soldados potenciales fueron rechazados simplemente porque presentaban esta condición, creando el mito de que los pies planos eran más propensos a las lesiones.

pies

Lo que los generales no sabían es que rechazaron a los superiores pies planos en favor de los patéticos pies arqueados de cuya mayoría se compone la población.

En Fort Benning, en 1989, una prueba realizada a más de 300 soldados reveló que las personas con pie plano, de hecho, eran menos propensas a lesiones que aquellos con arcos normales. Los soldados con pies arqueados sufren el doble de lesiones, como esguinces y fracturas, si se comparan con aquellos que tienen pie plano.

Mientras tanto, la industria del calzado gasta millones intentando hacer que las plantillas de los considerados pies “normales” tengan el mismo apoyo que la de los pies planos, en un intento desesperado de aplazar la inevitable extinción por medio de la selección natural.

 

1. Tener relaciones antes de una competencia no afecta el rendimiento.

Es un mito tan común en el mundo de los deportes, que tener sexo antes de una competencia disminuye el rendimiento, que muchos entrenadores llegan a prohibir a sus jugadores cualquier tipo de contacto sexual desde una noche, hasta un mes antes de partidas importantes.

Esta regla es antigua. Existen evidencias de que incluso los griegos que participaron en los primeros Juegos Olímpicos tenían la creencia de que el sexo afectaba sus niveles de energía y de agresividad, de forma que no podían dar lo mejor de sí al día siguiente.

lengua

Claro, si te la pasas haciendo malabares por toda la cama, podrías lastimarte y acabar extenuado, no dormirás lo suficiente y probablemente el desempeño resultará afectado. Pero, dejando eso de lado, no hay nada que sugiera que el acto sexual en sí afecte el desempeño atlético.

Por alguna razón, el mito es tan raro que la prohibición solo aplica a los hombres. En los deportes femeninos, muchas veces se cree que el acto sexual aumenta la testosterona, y por eso, en ocasiones es incentivado para ayudar en las competencias. ¿Por qué sería malo para ellos y bueno para ellas? ¡No tiene sentido!

La falsedad de esta declaración ya venía siendo enunciada en 1995, cuando un estudio de la Universidad de Yale, Estados Unidos, a un equipo de once hombres puso a prueba su desempeño cuando tuvieron relaciones y cuando se abstuvieron antes de las disputas deportivas, y ningún cambio fue registrado. Inclusive, otro estudio realizado en corredores de maratones en Londres, sugirió que el acto sexual podría ayudar al desempeño atlético.

Cracked

Quizá te interesa:

16 comentarios en «6 mitos tontos sobre el ser humano en los que todavía creemos»

  1. A ver, una cosa no entiendo del asunto de los pies planos:
    Quienes dicen que gracias por la información pues HASTA AHORA LO CONSIDERABAN UN PROBLEMA…
    ¿Sienten o han padecido PROBLEMAS REALES…? Mayor cansancio, molestias, dolor articular en rodillas y espalda… ¿o les afectaba lo que le habían dicho hasta ahora…?
    Lo digo porque si no es así, entonces NO TENÍAN QUE HABERLO TENIDO EN CONSIDERACIÓN y si es así por mucho que un artículo les diga que no pasa nada, SUS PROBLEMAS VAN A CONTINUAR, lo cual equivale a que el consuelo es estéril.
    Yo personalmente, he conocido personas con pies planos y además de cansarse más desde chiquitos, al recorrer distancias un poco amplias, que los demás (de ahí el eximente que obtenían para el servicio militar, donde habituaban a recorrer largas marchas cargados), pues acababan incorporando dolencias en rótulas y caderas, pero ya no sabría decir si esto se debía a otros defectos añadidos a los pies planos o no…
    Un saludo.

    Responder
    • Te apoyo viejo, en esa parte de los pies planos con simple lógica se puede hallar que es incongruente y que los comentarios de la gente también. Además que si he visto gente que tiene molestias y tienen el pie plano, no es como si fueran tímidos y el artículo ahora les dice que está bien ser tímidos y asunto arreglado.

      Responder
  2. PERDON ES QUE NO PUDE IR MUCHO A LA ESCUELA PORQUE ME TUBE QUE PONER A TRABAJAR DESDE MUY CHICO Y TALVES POR ESO LES MOLESTA QUE NO ESCRIBA TAN BIEN PERO ESTA BIEN SOLO QUEDRIA COMPARTIR MI OPINION SALUDOS.

    Responder
  3. YO DIGO QUE SI ES SIERTO QUE SI VES LA TELE MUY SERQUITAS TE HASE QUE NO PUEDAS BER PORQUE A MI ME DECIAN MI ABUELO QUE SI LA BEIA MUY SERCAS ME IBA A QUEDAR SIN VER Y NO HISE CASO Y HAORA BATALLO PARA VER BIEN

    Responder

Deja un comentario