6 estereotipos de hombres y mujeres confirmados por la ciencia

Los estereotipos de hombres y mujeres siempre han sido motivo de discordia. Pero, antes que todo eso, siempre han sido utilizados y reutilizados para hacer una infinidad de chistes. En este caso, más que nunca, esos chistes pueden presumir de tener un fundamento científico verdadero.

hermosa

La ciencia ha avanzado mucho, sobre todo en lo que respecta a los estudios de mapeo cerebral y a la investigación genética, y los resultados están comprobando que algunos de los más antiguos estereotipos de hombres y mujeres, los más clásicos, son totalmente ciertos.

Claro que clasificar a los seres humanos según determinados estereotipos es una falta de educación tremenda, pudiendo incluso llegar a perjudicar algunas relaciones. Pero, si llegas a utilizar los argumentos a continuación, ya tendrás una vía libre para hacerlo. Y como sugerencia: si algo sale mal, échale la culpa a la ciencia.

 

6. Mujer al volante, peligro constante.

Dicen por ahí que las mujeres y los hombres invidentes tienen una característica en común: su habilidad para manejar.

Las supuestas diferencias entre hombres y mujeres en cuestiones de conducción automovilística son, aunque no creo necesario mencionarlo, una pauta para todo tipo de bromas. Como hemos aprendido en innumerables películas de Hollywood, los hombres tienen una especie de GPS en sus cabezas y se rehúsan a pedir ayuda para encontrar un camino que no conocen. De esta forma, si este ridículo estereotipo fuera cierto, entonces la madre naturaleza otorgó a los hombres una gran ventaja. Risas aparte, veremos lo que la ciencia tiene que decirnos sobre eso.

mujer al volante

Varios estudios han demostrado que los hombres heterosexuales son mejores en ambas direcciones de navegación de norte a sur y también son mejores que las mujeres para orientarse a sí mismos en el espacio tridimensional. Pero, ¿por qué los hombres tienen esa percepción espacial y las mujeres no? La respuesta en esta ocasión no está en el sexo, sino en la comida. Bueno, en realidad, se trata de ambas cosas.

Hace mucho tiempo, cuando no existían los supermercados y las carnicerías, los hombres eran responsables por salir a cazar. De esta forma, los científicos creen que la testosterona ayudó a esos primeros hombres a encontrar su camino de vuelta a casa después de una larga jornada de caza.

Y hay más. Un investigador mapeó los cerebros de más de un millón de niños y descubrió que próximos a los 4 años de edad, los niños ya empezaban a superar a las niñas en habilidades espaciales en una proporción de 4:1. Este investigador también reveló que mientras que a las niñas les iba bien con la interpretación de dos dimensiones en el cerebro, los niños tenían la capacidad de ver una tercera dimensión, lo que les permite entender el concepto de profundidad a una edad más temprana.

Lo mismo no se cumple de forma necesaria para los hombres homosexuales, que tienden a conducir como las mujeres, según la ciencia. Eeeeeeeeeeeeh! Pu…

 

5. Los hombres son sucios.

Si los comerciales de detergente nos han enseñado algo, es que la nariz femenina ha evolucionado lo suficiente como para percibir la pestilencia de unos calcetines sudados a más de un kilómetro de distancia. Y una vez que las mujeres sienten el olor en sus delicadas narices, simplemente no consiguen descansar hasta que la fuente del problema es debidamente localizada y eliminada.

Y es que los hombres pueden utilizar tranquilamente una cama apestosa a sudor durante una semana entera. Si alguien reclama por la pestilencia, ellos responden con un sincero: “¿Cuál es el problema?”. Prácticamente equivale a decir que las mujeres no sólo son más limpias que los hombres, sino que estos son verdaderos cerdos que no le dan ni una pizca de importancia a los asuntos de la higiene.

¿Qué dice la ciencia respecto a estos estereotipos?

zapatos sucios

La ciencia no sólo cree, sino que lo comprueba: las mujeres tienen narices más agudas que los hombres, pese a que no existen diferencias anatómicas entre las narices de ambos sexos. Sin embargo, lo que los estudios revelan es que las mujeres tienen una mayor sensibilidad a los olores, y que ellas (en este caso) utilizan una mayor área cerebral para procesar el olor si se comparan con los hombres.

Y, a pesar de que las mujeres generalmente detecten todos los olores con mayor efectividad, sus narices en realidad tienen esa ventaja para detectar el hedor precisamente para reconocer el olor del hombre. Se trata de una cuestión de reproducción y manutención de la especie.

¿Por qué? Parece que la esencia de un hedor sudoroso actúa como un marcador químico, mismo que puede indicarle a la mujer cuando un hombre está excitado sexualmente, incluso sin que ella sea consciente de este aviso. Además, ese sentido sobrehumano de una mujer para detectar olores alcanza su pico cuando está ovulando.

 

4. Las mujeres son el sexo débil.

Quizá se trate del estereotipo más básico de todos. Los hombres son más grandes, más fuertes y más duros. Las mujeres son más frágiles y menos sensibles a cualquier tipo de dolor. No creo que necesite ni siquiera mencionar que la excepción a esta “regla” sucede durante el parto, cuando hasta la mujer más débil se transforma en una guerrera amazona que es capaz de tolerar dolores que harían a cualquier hombre llorar como un niño y suplicar por los brazos de mamá.

Si no fuera por esta “excepción”, la raza humana ya se habría extinto desde hace siglos, lo que comprueba que la naturaleza realmente sabe lo que hace. Pero todo ese argumento parece algo contradictorio, ¿verdad? Ser considerado el sexo débil y tener que soportar uno de los dolores más traumáticos por el que un ser humano puede pasar, no parecen variables de una misma ecuación. Y cuando la gente no sabe resolver un problema, es común que recurramos a ella: la ciencia.

mujer fuerte

Las mujeres poseen un umbral de dolor más bajo, pero eso no tiene nada que ver con la valentía. Los hombres simplemente no sienten dolor de la misma forma que las mujeres, y el dolor que estos sienten, de hecho, lo sienten a una menor intensidad. Todo esto porque las mujeres poseen más receptores de dolor en su piel, lo que maximiza su exposición a dolores de cualquier tipo.

Los investigadores creen que esta sensibilidad puede estar relacionada con la presencia de GIRK2, una proteína que no sólo afecta o limita el dolor, sino que también actúa como un analgésico cuando el dolor traspasa un determinado límite. Entonces, la próxima vez que tu novia te reclame por ese calambre tan inconveniente, intenta demostrar un poco de compasión. Quizá ella sólo tenga menos proteína GIRK2 que tú.

En última instancia, el cuerpo de una mujer puede exigir más del doble de la cantidad de analgésico para obtener alivio por la misma cantidad de dolor que siente un hombre. La excepción a la hora del parto se debe a que, en ese preciso momento, el cuerpo femenino entra en una racha de liberación de endorfinas y un cóctel de otros productos químicos producidos por el propio organismo a lo largo del embarazo, asegurando que la madre pueda lidiar con el nacimiento del bebé. Probablemente esto también explica por qué las mujeres embarazadas tienen ese brillo tan especial.

En resumen: sí, las mujeres son capaces de aguantar los absurdos dolores del parto, pero en cualquier otra situación, la tendencia es que las personas sean más sensibles al dolor.

 

3. Las mujeres son habladoras.

¡De los mejores! Casi puedo ver la cara de satisfacción de los hombres que leen este artículo, totalmente de acuerdo con este estereotipo. Pero, así como las mujeres gustan de hablar en exceso, dice la leyenda que los hombres son más minimalistas en estas cuestiones. Prefieren un buen silencio, o al menos gustan de economizar saliva.

Para nuestra suerte, a la ciencia también le gusta hablar mucho y tiene algo que decir respecto a esto.

llamada

Las áreas del cerebro responsables por el lenguaje son 17% más grandes en las mujeres que en los hombres, así de simple. No suficiente con ser más grande, el cerebro de las mujeres también es multitarea, procesando el lenguaje en ambos hemisferios, mientras que los hombres generalmente mantienen la conversación solamente con el lado dominante del cerebro.

El cuerpo calloso en el cerebro de una mujer también es declaradamente más grande, lo que significa que las mujeres son capaces de transferir información de un hemisferio cerebral a otro a través de una fibra óptica de alta velocidad, mientras que los hombres mantiene una vieja conexión Dial-Up de los años 90.

Nadie tiene la certeza del porqué existen estas diferencias, pero no hay duda de que lo afectan todo, desde las posibilidades de una mujer para recuperar la capacidad de hablar más rápido que un hombre después de sufrir daños cerebrales idénticos, hasta las probabilidades de que tu novia se empiece a enojar cuando analiza tus comentarios con ambos lados del cerebro.

 

2. Los hombres y las mujeres ven colores diferentes.

¿Has escuchado la historia de que los hombres mezclan los calcetines negros y los azules, y que dicha diferencia no puede pasar inadvertida ante los ojos de cualquier mujer? Es verdad, los hombres y las mujeres realmente ven los colores de una forma diferente.

colores

El gen para identificar el color rojo, por ejemplo, sólo es transportado por el cromosoma X, lo que coloca a los hombres en una seria desventaja para visualizar el espectro de colores. Después de todo, los colores se definen por nuestra capacidad de percibir el rojo, verde y azul, cualquier otro color que vemos está basado en combinaciones de estos tres.

Eso significa que, hablando de los hombres, con sólo un cromosoma X, pueden ser incapaces de ver el rojo del todo, las mujeres y su par de cromosomas X tienen una probabilidad de 40% mayor de que su visión incluya una extensión más amplia de la gama de colores – haciendo que ellas puedan identificar más tonos.

¿Por qué existe dicha diferencia? La respuesta, otra vez, fue encontrada en la comida. Mientras que los hombres primitivos estaban más preocupados por cazar y comer – gracias a lo cual tienen una percepción espacial más desarrollada que las mujeres –, las mujeres primitivas se ocupaban de recolectar frutas y legumbres. En consecuencia, requerían la capacidad de distinguir entre bayas de un color rojo brillante que podían ser saludables o venenosas, tratándose de una cuestión de vida o muerte. Que, gracias a nuestra querida evolución, se decidió por el lado de la vida.

 

1. A las mujeres les afecta más la bebida.

Es muy común escuchar a las personas decir que el alcohol es un excelente removedor de calzones. Y que incluso puede ser mucho más efectivo que una conversación inteligente, flores o incluso los chistes graciosísimos. Dale una dosis de tequila a una mujer y será toda tuya, mientras que los hombres pueden enfrentarse cara a cara con una botella y estarán listos para cualquier cosa.

¿Será que podemos ser reducidos a etiquetas tan vagas como estas? Según la ciencia, SÍ. Pero no es tan malo como parece.

Según los investigadores, la verdadera razón por la que las mujeres no pueden / consiguen ir al ritmo de los hombres en el tema de la bebedera es porqué hombres y mujeres tienen cantidades diferentes de agua en sus cuerpos. El cuerpo del hombre está compuesto por aproximadamente 61% de agua, mientras que el de las mujeres tiene un promedio del 52%. Parece un número cualquiera, pero eso realmente significa que la biología masculina es más eficiente a la hora de “diluir” el alcohol ingerido.

El hígado de las mujeres también está en desventaja. Ellas producen una menor cantidad de deshidrogenasa, una sustancia mágica que convierte el alcohol a un estado inactivo, garantizando que te mantengas sobrio para ir a trabajar al día siguiente. De esta forma, las mujeres también sienten los efectos del alcohol mucho más rápido que los hombres.

Este estereotipo acabó siendo sustentado por una razón médica. ¿Quién los diría, no?

 

Adaptación: Cracked

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15 comentarios en «6 estereotipos de hombres y mujeres confirmados por la ciencia»

  1. No creo que sea ofensivo Carmen. A mi me parece de lo más impresionante, ya que como bien dice “mujer al volante, peligro andante” hay cada pendej@ que para que te digo… nos cuesta más trabajo estacionarnos, etc.

    Creo que por eso somos tan diferentes… bendita ciencia!

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