5 mentiras que justificaron guerras terribles

Las guerras son sucesos abominables. Aunque no tengamos una idea exacta de lo que esto significa dado que no vivimos en medio de una. Pero, la evidencia muestra que representa un verdadero infierno en la Tierra. La historia nos ha convencido de que las guerras se desatan por pretextos con una mínima importancia: disputas territoriales, asesinatos, seguridad nacional, expansionismo, etc.

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Sin embargo, muchas veces las guerras estallan por casi nada. Hasta por una pequeña mentira, sin que nadie se dé cuenta hasta que ya es demasiado tarde (basta con preguntarle a George W. Bush). Hoy te presentamos cinco mentiras que lograron desatar conflictos bélicos.

1 – Hitler y la simulación de una invasión polaca que encaminó la Segunda Guerra Mundial.

Históricamente, la Segunda Guerra Mundial inició el 1 de septiembre de 1939, cuando Alemania invadió Polonia. Un día antes, intentando justificar la invasión, el propio Hitler divulgó una gran cantidad de mentiras en todas las frecuencias de radio de Alemania. El Führer ya tenía planeado invadir territorio polaco desde hacía algún tiempo. Pero para llevar a cabo su cometido tenía que convencer a la población alemana de que no era, en realidad, el mal hecho hombre. Entonces, desatar la guerra más grande de todos los tiempos requería de una buena excusa.

marcha de hitler en francia

Por eso el 31 de agosto de 1939, Alfred Helmut Naujocks, un sturmbannführer del partido nazi, en complicidad con seis oficiales de la SS se disfrazaron de combatientes de la resistencia polaca, atraparon a un granjero polaco llamado Franciszek Honiok, lo drogaron y lo llevaron a una estación de radio alemana en Gliwice, a poco más de 6 km en la frontera. Una vez en este lugar, los hombres invadieron la estación, arrebatando el control a los tres ingenieros que estaban en servicio.

La falsa invasión polaca.

Un oficial de la SS anunció, en polaco: “¡Atención!, aquí es Gliwice. La emisora está en manos polacas”, antes que un ingeniero cortara la energía de la trasmisión. Para el ciudadano promedio alemán, aquello era equivalente a que una radio mexicana dijera, en inglés: “en vivo desde Monterrey, aquí es Estados Unidos y hemos invadido el territorio”.

Antes de escapar, los oficiales de la SS vistieron a Honiok con un uniforme del ejército polaco, le pusieron una bala en la frente y lo abandonaron en las escaleras de la estación como “prueba” de la “invasión polaca”. La agencia de noticias alemana divulgó la noticia del ataque por todo el país. Otras agencias, como la BBC, tomaron la noticia y la divulgaron en todo el mundo, y así Alemania tuvo su anhelada justificación para hacer lo que mejor le pareciera con Polonia.

Como Hermann Göring, líder del partido nazi, apuntó más tarde durante los juicios de Núremberg: “naturalmente, las personas comunes no quieren guerra. Pero, después de todo, son los líderes del país quienes determinan la política, y siempre es un sencillo asunto de arrastrar al pueblo. Todo lo que tienes que hacer es decirles que están siendo atacados y denunciar a los pacifistas por la falta de patriotismo y por exponer al país al peligro. Eso funciona de la misma forma en cualquier país”.

2 – Israel bombardeó a uno de sus aliados más grandes para acusar a Egipto.

A comienzos de la década de 1950, a los israelíes les preocupaba que los Estados Unidos se estuvieran enamorando de Gamal Abdel Nasser. En ese entonces presidente de Egipto y eventual socorrista contra una pesadilla cada vez más roja para los gringos.

egipto construcciones

El plan de Israel fue muy sencillo: hacer estallar bombas caseras en suelo egipcio atacando objetivos propiedad de Gran Bretaña y Estados Unidos y, después, hacerse el desentendido y a señalar al país musulmán y/o comunista más cercano. Invariablemente, esto les demostraría a los americanos que Nasser no era el aliado ideal que creían (pues ni siquiera era capaz de mantener el orden en su propio país). Además, convencerían a los británicos de que no era una buena idea continuar sus operaciones en una base militar en Suez.

Los ataques terroristas en Egipto.

En julio de 1954, agentes judíos egipcios plantaron y detonaron con éxito una serie de bombas en bibliotecas, estaciones de tren y cines de Alejandría y El Cairo. Sin embargo, todo se fue a la basura cuando, de camino a un cine, un artefacto explotó en el bolso del agente Philip Natanson.

El agente fue a prisión y la red desmantelada. El caso terminó llamándose como el entonces Ministro de Defensa israelí, Pinhas Lavon, que renunció como consecuencia de estos actos, aunque más tarde se supo que el entonces director de inteligencia israelí, Binyamin Gibli, había sido el responsable de todo el plan. Ocho judíos egipcios fueron acusados de los ataques, dos de los cuales fueron a la horca, uno se suicidó y otro murió durante un interrogatorio.

Los ahorcamientos provocaron una incursión militar de represalia por parte de Israel en Gaza, que resultó con 39 bajas egipcias, hecho que desencadenó un negocio de armas entre los soviéticos y los egipcios, y como si fuera una horrible bola de nieve todo se salió de control hasta la Guerra del Sinaí en 1956.

Durante medio siglo, Israel negó estar involucrado en los atentados hasta que, en 2005, el expresidente israelí Moshe Katsav presentó a los tres bombarderos sobrevivientes, a los que otorgó certificados de aprecio por su servicio.

3 – El rey sueco que disfrazó a sus soldados de rusos para atacar su propio país.

En 1788, el rey Gustavo III de Suecia se enfrentaba a una verdadera crisis de popularidad tanto en la clase política como en el pueblo, en parte debido a los rumores sobre su sexualidad. Según los registros históricos, Gustavo solicitó a su amigo Adolf Fredrik Munck que lo “ayudara” a consumar su matrimonio con Sofía Magdalena de Dinamarca – tras nueve años de vivir juntos.

Gustavo III
Gustavo III

Afortunadamente para Gustavo, todo lo que se necesita para enaltecer la virilidad de un rey es la buena y vieja guerra. Desafortunadamente para Gustavo, a pesar de ser el monarca, no tenía autoridad para librar una guerra ofensiva, gracias a una pequeña piedra en el zapato llamada Constitución Sueca. Entonces, ideó una adorable escenificación: le pidió a un sastre de la Royal Swedish Opera que le fabricara algunos uniformes militares rusos convincentes. Reclutó a un grupo de soldados suecos para que portaran los uniformes y, a continuación, les ordenó atacar un puesto sueco de avanzada en Finlandia.

El inicio de la guerra entre Rusia y Suecia.

Gustavo aprovechó la indignación que siguió a este episodio y exigió a Catalina, la Grande, de Rusia que regresara Finlandia a Suecia. Catalina respondió a los suecos con una declaración de guerra, y entonces Gustavo tuvo el pretexto ideal para declarar una guerra ofensiva contra Rusia. Había comenzado la guerra ruso-sueca.

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Gustavo predijo una victoria fácil contra una armada rusa sin preparación, pero se equivocó al no darse cuenta que la armada rusa ya estaba ampliamente movilizada debido a las crecientes tensiones con el Imperio Otomano. Como resultado, la guerra se extendió durante dos años y costó la vida de decenas de miles de vidas antes de llegar a su fin con el Tratado de Värrälä. Al menos esa guerra completamente inútil le dio a Gustavo lo que buscaba desde el principio: popularidad entre el pueblo sueco.

Bueno, al menos durante un tiempo. El 16 de marzo de 1792, un capitán descontento del ejército sueco se acercó a Gustavo en un baile de máscaras de la Royal Opera House. Le disparó a los intestinos con una pistola cargada de “dos bolas, cinco tiros y seis clavos retorcidos”.

4 – Colombia y los soldados “rebeldes”.

Desde el inicio de los 60, Colombia se vio envuelta en una guerra de “baja intensidad”, con más lados que en un episodio de Game of Thrones. Grupos paramilitares de derecha combatían a los guerrilleros socialistas. Mientras tanto, los cárteles de la droga peleaban contra quien fuera que no les diera pilas obscenas de dinero a cambio de pilas obscenas de cocaína. Además, el gobierno colombiano disputaba una guerra que podría equipararse a pastorear gatos, si los gatos fueran capaces de usar fusiles AK-47.

Ni siquiera es necesario puntualizar que la población estaba sumamente harta de estos pleitos mucho antes de que el conflicto alcanzara su punto más álgido. Por eso, en 2002, autoridades bajo el mando del presidente Álvaro Uribe, idearon una forma de probar y comprobar a las personas que estaban haciendo algún tipo de progreso: ofrecieron ascensos, prestigio, vacaciones y otro tipo de incentivos a los militares que les llevaran rebeldes muertos.

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Sin embargo, a pesar de todas las ventajas, hay una dificultad inherente al hecho de matar rebeldes: están armados hasta los dientes. Por eso, no pasó mucho tiempo antes que los soldados corruptos empezaran a descubrir el camino fácil para tener un periodo de vacaciones sin esforzarse demasiado: atraer civiles probablemente civiles de bajos recursos, desempleados y con problemas mentales – con promesas de trabajo, vestirlos de rebeldes y matarlos a sangre fría para engordar el contador de muertos del ejército.

Entre 2002 y 2008, más de 3,300 personas inocentes fueron víctimas del escandaloso “falso positivo”. Para ser justos con el gobierno colombiano, desde que el escándalo vio la luz en 2008, los tribunales hurgaron entre miles de casos y condenaron a los involucrados.

5 – El primer ministro de Prusia que editó un telegrama y desató una guerra.

A veces, una mentira puede ser tan simple como no revelar toda la verdad. Como aquella vez que el primer ministro prusiano puso a media Europa en guerra simplemente por editar las palabras comunes en un telegrama.

Conde Vincent Benedetti
Conde Vincent Benedetti

Corría el año de 1870 y Otto Von Bismarck tenía dos cosas en la vida: un nombre gracioso y un sueño. Lo del nombre se explica por sí mismo, pero el sueño era unificar los estados alemanes dispares. Y la forma más eficaz de lograr esto era expulsando colectivamente a Francia. Dicha oportunidad se presentó cuando Francia envió a su embajador, el Conde Vincent Benedetti, para hablar con el rey William I de Prusia.

hay hombre que solo quieren ver el mundo arder

William envió un telegrama a Otto Von Bismarck poniéndolo al tanto de la reunión e instruyéndolo para que compartiera los detalles con la prensa. Pero, cuando Bismarck publicó el telegrama, editó cada pieza de su rebuscado lenguaje, acortando una cantidad de casi 200 palabras a la mitad. En el momento en que Bismarck terminó la edición, el telegrama iniciaba con un insulto casi personal. Y finalizaba con el rey diciendo básicamente que el embajador francés saliera de allí y nunca más se preocupara por volver.

Ems Dispatch telegrama

Cada lado se enfureció por las respectivas groserías y, menos de una semana después del telegrama, Francia declaraba la guerra a Prusia. Tal y como lo había predicho Bismarck, los estados alemanes se unieron a Prusia para pelear. 750 mil muertos después, terminaron venciendo – todo desencadenado por la omisión de algunas impresiones. Pero, por más terrible que hayan sido los medios de Bismarck, el fin terminó justificándolos. Es decir, una Alemania unificada que aprendió desde sus inicios violentos y nunca más instigó otra guerra. Vía Cracked

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8 comentarios en «5 mentiras que justificaron guerras terribles»

  1. una Alemania unificada que aprendió desde sus inicios violentos y nunca más instigó otra guerra.

    -Seguro? Alemania nunca más instigó otra guerra??

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  2. ¿Cosas tan poco importantes como “disputas territoriales, asesinatos, seguridad nacional, y expansionismo,”?

    Perdóname Herty, pero ahora sí no podría estar más en desacuerdo.
    Esa clase de pensamiento da lugar al appeasment. ¿Desde cuando a los bullies los conmueven las muestras de cortesía?

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  3. “Corría el año de 1970 y Otto Von Bismarck tenía dos cosas en la vida:” ¿seguro? Yo me acordaría de una guerra así cuando éramos niños.

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