Recuerdo que uno de mis pasatiempos favoritos en la infancia era buscar formas en las nubes. Entre aquellas gotas de agua microscópicas suspendidas en la atmósfera surgían toda clase de rostros y cuerpos. El problema de crecer es que terminas dándote cuenta que no hay mundos fantásticos entre las nubes. De que es tu cerebro jugándote una mala pasada y obligándote a percibir erróneamente formas reconocibles. Le llaman pareidolia y hoy quiero mostrarte 20 ejemplos de lo poderoso que es este fenómeno psicológico.
La del perro me fue difícil verla, quizá para alguien enganchado al genero del terror le sea mas fácil.