El veneno de esta serpiente podría servir para hacer analgésicos

La serpiente coral azul malaya (Calliophis bivirgata) es una de las más hermosas de su especie (Elapidae), y también la dueña de uno de los venenos más raros conocidos hasta la fecha. Para poder inmovilizar a sus presas con el fin de tragarlas, esta serpiente les inyecta veneno y transforma sus últimos momentos de vida en un verdadero espectáculo de crueldad.

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Un vistazo rápido al perfil de esta serpiente es suficiente para darse cuenta que no le gusta andarse con rodeos. Es una serpiente cuyo hábitat se encuentra en el sudeste de Asia. Conocida popularmente como coral azul malaya, su cola y cabeza tienen un color rojo chillón y por los laterales de su cuerpo es posible apreciar unas franjas azules bastante particulares.

Recientemente, la revista Toxins publicó un artículo en el que se describe cómo investigadores de la Universidad de Queensland, en Australia, y varias otras instituciones estudiaron el veneno del reptil.

Al poco tiempo de recibir una mordida, la presa entra en un estado catatónico angustiante, caracterizado por músculos completamente atascados en una flexión completa. El veneno provoca que todos los nervios del cuerpo funcionen a la vez, lo que explica los espasmos corporales. Totalmente paralizado e indefenso, el animal finalmente muere a manos de la serpiente. Este tipo de parálisis espástica es lo contrario a la parálisis flácida, donde la presa presenta músculos totalmente relajados.

Este veneno, denominado Calliotoxin (en inglés), imposibilita a los nervios para que cierren los canales de sodio, lo que provoca que el nervio se active incesantemente. Sería equiparable a pisar el acelerador de un automóvil a fondo y después cortar los frenos.

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Otro dato impresionante sobre esta serpiente, y quizá la razón para que su veneno sea tan particular, es que se especializa en cazar a otras serpientes venenosas, especialmente las más rápidas y peligrosas. Es una especie de Robert Newton Ford del mundo de las serpientes. Su veneno es producido y almacenado en una glándula que se extiende por una cuarta parte del largo de la serpiente.

Este tipo de veneno puede encontrarse en otros animales como arañas y escorpiones, pero no en otras serpientes. Los científicos lo definen como un ejemplo de evolución convergente, un fenómeno donde se observan características semejantes en especímenes de diferentes especies.

Lo más interesante para los humanos en relación al extraño veneno de esta serpiente, es que la industria farmacéutica podría usarlo para producir nuevos medicamentos, especialmente analgésicos.

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