Una historia de fantasmas totalmente verídica

¿Le temes a la oscuridad? ¿Duermes con las luces encendidas? ¿Escuchas ruido en otras partes de la casa cuando estás solo? Estás a punto de leer una increíble historia de fantasmas con un giro inesperado: fue totalmente cierta.

casa tenebrosa ventanales

William Wilmer, un oftalmólogo que a inicios del 1900 atendía a sus pacientes en Washington D.C., fue uno de los doctores más distinguidos en la época. Entre sus pacientes se encontraban 8 presidentes diferentes, desde William McKinley a Franklin Roosevelt. También trató al aviador Charles Lindbergh, a la figura del periódico New York Joseph Pulitzer y a incontables estadounidenses prominentes de la época. Pero uno de los acontecimientos que lo llevaron a la fama en 1921 fue cuando entabló conversaciones con un prestigioso circular médico, The American Journal of Ophthalmology, para que publicaran una historia de fantasmas.

La historia fue contada al doctor Wilmer por una de sus pacientes, a la que solamente identificó con el alias de “Sra. H” para resguardar su privacidad. Los extraños acontecimientos que experimentó al lado de su familia iniciaron en 1912, poco después que ella, su esposo y su hijo se mudaran a una antigua y enorme casa que no había estado habitada en más de 10 años. La casa no tenía electricidad, la iluminaban con lámparas de gas y la mantenían caliente gracias a un antiguo calentador en el sótano.

 

Una casa vieja y tenebrosa.

Aquella vieja y sombría residencia rápidamente ejerció una extraña influencia sobre sus nuevos inquilinos, según se especificaba en el artículo del doctor Wilmer. “El Sr. H y yo no habíamos pasado ni dos días en la casa cuando empezamos a sentirnos muy deprimidos”, escribió la mujer. Los pisos estaban cubiertos con gruesas alfombras que absorbían todos los sonidos de los sirvientes en la casa que hacían las tareas, y la Sra. H encontró todo aquel silencio un poco perturbador. Pero aún más perturbador que el silencio de las personas que se encontraban en la casa, fue el sonido de pasos de personas que no estaban allí… o al menos que no podían distinguirse a simple vista.

“Cierta mañana escuché pasos en la habitación por arriba de mi cabeza”, relató la Sra. H. “Subí corriendo las escaleras pero, para mí sorpresa, la habitación estaba completamente vacía. Me dirigí a la habitación adjunta, y después a todas las habitaciones de ese piso, y después al piso de arriba, sólo para descubrir que yo era la única persona en esa parte de la casa”.

sombras en la casa

 

Alguien te observa.

Con el paso del tiempo aquel extraño poder de la casa parecía aumentar. Rápidamente toda la familia empezó a sufrir de dolores de cabeza y cansancio, cada vez que los miembros de la familia descansaban para recuperar fuerzas, los malestares no hacían más que empeorar. Los niños eran los más afectados: la mayor parte del tiempo estaban pálidos, continuamente se sentían cansados, enfermos y con falta de apetito.

Ninguna zona de la casa ofrecía refugio. Cuando el Sr. H se sentaba en el comedor, se veía sobrecogido por la sensación de una presencia invisible que se posicionaba justo a sus espaldas, así que giraba la silla para poder ver en el pasillo a cualquiera que intentara escabullirse. Los niños tenían aversión a pasar el tiempo libre en la sala de juegos que se ubicaba en el piso superior de la casa, la señora H recordó: “a pesar de tener un caballo mecedor y juguetes, nos rogaban que les​permitiéramos jugar en el dormitorio”.

fantasma en el comedor

 

Ring ring.

Para diciembre, la señora H y el niño estaban tan decaídos que decidieron tomar unas cortas vacaciones mientras el señor H permanecía en la casa. Aquel periodo de descanso funcionó para la señora H y el niño, pero el esposo se encontraba más atormentado que nunca. Una serie de ruidos extraños e inexplicables perturbaban su sueño por las noches, haciendo del descanso una tarea imposible. “En ocasiones era despertado por el sonido de una campana, pero cuando iba al frente o a las puertas traseras, no encontraba a nadie en el lugar”, declaró la señora H. “En diversas ocasiones fue despertado por lo que él creía era el timbre del teléfono. Una noche despertó por la sirena de los bomberos que corrían en la calle y supuestamente se detenían cerca. Se apresuró a la ventana y lo único que encontró fue una calle tranquila y vacía”.

A comienzos de enero, la señora H y el niño regresaron a casa, y no pasó mucho tiempo antes que volvieran a padecer los problemas. El niño solía resfriarse bastante, lo que normalmente requería que se quedara en el interior de la casa, especialmente en época invernal. Pero los síntomas parecían aminorar cuando salía, y volvían a aparecer cuando regresaba a la casa. Después, el sueño de la señora H y su esposo era interrumpido por extraños ruidos durante la noche – el sonido de puertas siendo azotadas, ollas y sartenes siendo arrojadas por la cocina, y fuertes pisadas que subían por unas escaleras detrás de la pared del dormitorio. “No había escaleras detrás de esa pared”, escribió la señora H.

lago personas fantasmas

Los sirvientes de la casa no eran ajenos a los tormentos. Durante el día sentían que algo – o alguien – los seguía muy de cerca, al punto de extender la mano y tocarlos mientras hacían sus quehaceres. Durante la noche, también eran despertados por ruidos extraños: chasquidos de porcelana, pisadas sumamente pesadas en los pisos superiores y muebles siendo arrastrados o azotados contra las puertas. Entonces llegaron las apariciones.

 

¿Quién anda ahí?

De acuerdo con el relato del doctor William Wilmer, todos en la familia H habían percibido ruidos inexplicables y presencia​s extrañas, pero nadie en realidad había visto fantasmas… hasta enero de 1913. La señora H afirmó que ella lo vio primero: “en cierta ocasión, a mitad del día, mientras iba de la sala de estar al comedor, fui sorprendida por una visión en el otro extremo de la sala de estar, era una extraña mujer de cabello oscuro y vestido negro que se acercaba a mí. Mientras aceleraba el paso para encontrarla, simplemente se desvaneció”, escribió. “Esto me sucedió en tres diferentes ocasiones”. Una noche uno de los sirvientes despertó y vio a un anciano y una joven sentados al pie de su cama, lo miraban fijamente. Se mantuvo en su cama hasta que una mano invisible le tocó el hombro y de repente pudo sentarse. Cuando lo hizo, el hombre y la mujer se esfumaron.

Otra noche, el señor y la señora H fueron a una función de ópera, dejando a su hijo al cuidado de los criados. Eran aproximadamente las 20:30 horas cuando el niño de los H fue despertado por el fantasma de “un hombre grande y gordo” que gritaba en su habitación. El muchacho tuvo que dormir el resto de la noche con la niñera, y cuando despertó a la mañana siguiente se quejó de que alguien o algo pesado – quizá el fantasma que vio – se había sentado sobre su pecho toda la noche, dificultando su respiración.

aparicion fantasma sala de estar

 

Pesadillas en la cama.

El señor y la señora H la pasaron peor: después que regresaron de la función de ópera y fueron a dormir, el señor H fue despertado por la sensación de dedos fantasmales sobre su garganta que intentaban estrangularlo. También escuchaba los sonidos de campanas durante la noche, que ahora se veían complementados​ por ruidos de personas moviéndose a través de la casa. Pensaba que eran ruidos hechos por ladrones, pero cada vez que se disponía a enfrentarlos no los encontraba por ninguna parte. Y, la señora H escribió “en esa época mis plantas de interior murieron”.

 

No estás solo.

Si se hubiera tratado de una sola persona viendo o escuchando cosas inusuales en la casa, fácilmente podrían haberla catalogado como alguien con una imaginación hiperactiva. Pero todos en esa casa veían, escuchaban e incluso sentían cosas. Además, las plantas no pueden morir como consecuencia de la imaginación de alguien.

flor marchita

Lo que pasaba en aquella casa era algo muy real. Cuando entraron en contacto con los antiguos dueños, los H se enteraron que estos sucesos extraños habían venido aconteciendo desde hacía muchos años. “Los últimos ocupantes que localizamos habían tenido la misma experiencia que nosotros”, relató la señora H. “Con la excepción de que sus visiones iban vestidas de púrpura y blanco y se arrastraban en torno a sus camas. Cuando profundizamos, nos enteramos que casi todo el mundo se había enfermado y estado bajo cuidado médico, aunque nunca encontraron ningún problema específico en ellos”.

 

Algo habita en el aire.

La primera pista de lo que realmente podría estar sucediendo llegó a finales de enero, después que el señor H describió unos terribles acontecimientos a su hermano. El hermano H recordó un artículo que había leído algunos años antes, donde se daba cuenta de una familia que había sido atormentada por el mismo tipo de sonidos y visiones que su hermano describía. El hermano le sugirió al señor H que, él y su familia, estaban siendo envenenados.

¿Cómo que envenenados, además de aterrarlos los fantasmas los estaban envenenando? Para nada. El hermano le explicó: “en el artículo que leí mencionaban que la familia en cuestión tenía un calentador defectuoso que liberaba una gran cantidad de monóxido de carbono al interior de la casa, y todos esos síntomas que la familia experimentaba – depresión, fatiga, los extraños ruidos, visiones, la sensación de estar siendo observados e incluso tocados por gente, además de las plantas muertas – eran completamente consistentes con el envenenamiento por monóxido de carbono. El hermano H sugirió que contactara a un doctor.

antiguo calentador tenebroso

En aquella época era común que los médicos hicieran visitas a domicilio, así que al día siguiente cuando el galeno acudió a examinar a la familia H, también echó un vistazo a la casa. Tan pronto examinó el viejo calentador en el sótano, sus sospechas – y las del hermano H – fueron confirmadas. “Encontró el calentador en muy malas condiciones, la combustión era defectuosa, los gases en lugar de subir por la chimenea, eran dispersados en las habitaciones”, relató la señora H. “Nos advirtió que no permitiéramos al niño dormir en esa casa una noche más. Si lo hacía, nos dijo que lo encontraríamos en la mañana en un sueño del que jamás despertaría”.

 

Envenenamiento por monóxido de carbono.

A diferencia de la mayoría de este tipo de historias, esto terminó con un final feliz para la familia. El señor y la señora H siguieron las indicaciones del médico y se mudaron a una nueva casa hasta que el calentador fue reparado. Cuando regresaron, aquellas sensaciones extrañas y los sonidos se habían ido.

Muchas cosas han cambiado desde 1912, pero una se ha mantenido constante: el envenenamiento por monóxido de carbono es la primera causa de muerte por envenenamiento accidental en Norteamérica. La mortalidad del monóxido de carbono se debe a que no se ve, no huele y no tiene sabor. Tampoco irrita las vías respiratorias cuando es inhalado. Esto hace que sea muy difícil de detectar y una concentración tan pequeña como 400 partes por millón puede ser letal. Uno de los primeros indicios de que hay algo malo en el aire es cuando alguien pierde la conciencia.

La buena noticia es que los detectores de monóxido de carbono son muy accesibles. Si tienes un horno de gas, una secadora de ropa u otro dispositivo similar, o si tienes una chimenea o una estufa de leña, invertir en un detector de monóxido de carbono puede significar la diferencia entre vivir o morir… o entre apariciones fantasmales y la paz.

14 comentarios en «Una historia de fantasmas totalmente verídica»

  1. Me gusta leer historias de enigmas, casos sin resolver, fantasmas, etc, pero en el fondo se que o no tenemos toda la información o alguien miente (o se engaña asimismo y engaña al resto).

    Buen historia, gracias por publicar este y el resto de cosas, suerte en tu diligencia.

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  2. Una historia mas de fantasmas. en mi casa suena el techo como si pegaran ramas y no hay ramas por ningun lado. no quiere decir que sean fantasmas..

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  3. Totalmente decepcionado por un momento pense que era una compensacion por la falta de jueves de misterios……………….AAAAAHHHHHH

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  4. Y los fantasmas o las tumbas profanadas o el pacto con demonio genérico o criatura desconocida………….se han perdido los valores v:……

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  5. Yo antes veía un programa en discovery que eran unos tipos que eran investigadores de lo paranormal, podían establecer comunicación con los fantasmas que habitaban las casas y todo eso, pero uno de los episodios me recordó al caso mencionado, solo que el envenenamiento era con gas metano.

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