The Isolator, un casco de Hugo Gernsback para la concentración

Mantenerse enfocados y concentrados para muchos resulta un gran desafío, a pesar de que es algo sumamente importante para nuestra salud mental, pues a través de estos procesos logramos dominar aptitudes propias que resultan esenciales para el éxito en cualquier área de la vida. Y esto ya preocupaba a muchos en el pasado.

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En el año de 1925, un estadounidense llamado Hugo Gernsback, miembro de la Sociedad Estadounidense de Física, editor de la revista Science and Invention y un pionero de la ciencia ficción, inventó The Isolator (“El aislador”, en español), un casco diseñado para ayudar a aumentar el enfoque y la concentración.

The Isolator básicamente estaba constituido por una especie de escafandra y una bomba de oxígeno, y su objetivo era ayudar a enfocar la mente mientras se leía o escribía, no solo suprimiendo todo el ruido del exterior, sino que además solo permitía ver una línea de texto a través de una franja de visión horizontal, poniendo fin así a cualquier distracción. Básicamente la visión y el sonido se reducían a una línea de texto y tu respiración, nada recomendable para aquellos que padecían claustrofobia.

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Imagina todos los inconvenientes de usar algo como esto, por ejemplo, si la casa empezaba a incendiarse, el usuario de The Isolator corría el enorme riesgo de no saber lo que pasaba fuera de su “casco” hasta que ya era demasiado tarde. Quizá esto explique por qué la invención nunca salió a flote.

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Hugo Gernsback, además de ser considerado uno de los padres de la ciencia ficción, también estaba interesado en los inventos y la ciencia. Aunque la mayor parte de su tiempo la pasaba promoviendo la radio y dibujando, The Isolator no fue más que otra de sus extrañas creaciones. Gernsback empezó a trabajar en Science and Invention en el mes de mayo de 1913 como un mostrador para la experimentación científica, así como para los nuevos inventores y sus creaciones. Entre las ediciones que hizo para varias revistas, además de los inventos dignos de mención, también escribía relatos de ciencia ficción. Science and Invention se mantuvo en circulación hasta el mes de agosto de 1929, cuando sucedió un boom en el mundo de las revistas y los competidores obligaron a Gernsback a declararse en bancarrota.

La edición de agosto de 1929 fue la última que editó Gernsback. Se mantuvo allí trabajando en el departamento de impresión durante dos años bajo una administración distinta hasta que la empresa fue absorbida por Popular Mechanics.

Hugo Gernsback

Para su muerte, el 19 de agosto de 1967, Gernsback tenía un total de 80 patentes. Esta inusual invención (de hecho, ninguna de sus invenciones) no lo inmortalizó, lo que verdaderamente lo hizo trascender en la historia fueron sus revistas e historias. Gernsback publicó las primeras revistas de ciencia ficción compartiendo así el título de “El padre de la ciencia ficción” con novelistas de la talla de Julio Verne (Veinte mil leguas de viaje submarino) y H. G. Wells (La guerra de los mundos).

fuentes: MIT, uwf

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