Macabro tesoro

La historia que cuento a continuación es cerca de dos amigos de la infancia, José y Pablo. Los dos eran mexicanos y se dirigían con rumbo hacia San Juan, un pequeño pueblo en la selva de Chiapas.

muerto fantasma

Llovía mucho y los caballos ya estaban inquietos. Pablo divisó una cueva entre los árboles y exclamó: “Mira José, una gruta seca. Vamos a usarla como refugio hasta que la lluvia se calme.” José no dudó y siguió a su amigo a esta cueva. Una vez adentro, los dos se abrigaron y acomodaron sus caballos. La cueva era fría y José sintió un escalofrío que le recorrió la espalda. “Vamos a salir de aquí, Pablo, esta cueva me da escalofríos”. Murmuró José temblando y con un evidente miedo. “¡Tonterías! Allá afuera podemos hasta hasta morir en ese temporal. Aquí estamos secos y seguros.” Refutó Pablo.

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