Una de las cosas más complicadas de la vida es asumir determinadas situaciones respecto a los demás… asumir que amamos, que sentimos nostalgia o incluso asumir que ya no existe más el amor. Si dicha actividad ya nos exige suficiente dolor, imagina tener que asumir algunas verdades sobre nosotros mismos. En ocasiones resulta mucho más fácil vivir creyendo en los cuentos de hadas que aceptar que las historias no siempre tienen un final feliz.
superacion
Un verdadero maestro reacciona frente a alumno que llora en una prueba
No es algo que me haya enseñado Karate Kid, sino la vida misma. Los grandes maestros no son aquellos que te entrenan para pelear, sino aquellos que te enseñan a defenderte y a hacerle frente a los problemas cotidianos.
Cada “no” que me lastimó fue más útil que todos los “sí” que me ilusionaron
Resulta curiosa la forma en que, la mayoría de las veces, solo hacemos conciencia de la importancia sobre lo que nos sucedió después que el tiempo pasa, cuando nos encontramos muy lejos de todo aquello. Parece que primero es necesario escapar del ojo del huracán, para después apreciar su dimensión real, la fuerza de sus acciones y las consecuencias de sus extensiones.
Cualquier cosa, yo te llamo
El calor nocturno estaba insoportable, incluso para ese verano tan sufrido, aquel viernes estaba siendo realmente cruel. No había ni una sola gota de brisa que me acariciara el rostro. No tenían ni ventilador, solo un aire acondicionado que arrancaba cuando le daba la gana. El verano, ese clima del carnaval, las copas y las latas de cerveza vacías, aquella risa alta y las conversaciones llenas de provocación hicieron que por poco me olvidara que era una persona en recuperación.
Una vida de aprendizaje
Una lectura rápida, de no más de cinco minutos, pero que se quedará contigo durante mucho tiempo. Date un break para leer esta maravillosa tira cómica.
Consejos de la abuela: cuando una mujer está triste lo mejor que puede hacer es trenzarse el pelo
Mi abuela me decía que cuando una mujer se sintiera triste, lo mejor que podía hacer era trenzarse el cabello; de forma que el dolor quedara atrapado en el cabello y no pudiera alcanzar al resto del cuerpo.