La pregunta más intrigante para la humanidad sigue siendo “¿estamos solos en el Universo?” Desde que descubrimos que no existe una forma de vida digna de mención en nuestra vecindad solar nos hemos sentido abandonados. Sin embargo, algunos científicos pensaron que debía existir vida extraterrestre mucho más allá de nuestro diminuto rincón cósmico. Teorizaron que en algún otro planeta, una civilización avanzada enviaba una señal a todo el Universo diciendo “hola, aquí estamos, ¿hay alguien escuchando?”.
SETI
Un mensaje extraterrestre oculto en nuestro código genético
La respuesta a si estamos o no solos en el universo puede encontrarse justo bajo nuestras narices, o más literalmente, dentro de cada célula de nuestro cuerpo.
¿Podrían nuestros genes contener un “sello del fabricante” escrito hace miles de millones de años en otros lugares de nuestra galaxia? Si tal marca existe, puede tratarse de la huella de una civilización extraterrestre maestra que nos precedió muchos millones o miles de millones de años en el pasado. Como su legado, ellos podrían haber reformulado la Vía Láctea a su propia imagen biológica.
El mensaje de Arecibo: La señal y la respuesta
El radiotelescopio más grande del mundo que se encuentra en Arecibo está situado en el cráter de un volcán extinto y es la principal herramienta para la búsqueda de vida extraterrestre. Es controlado por el SETI (Search for ExtraTerrestrial Intelligence, en español Búsqueda de Inteligencia Extraterrestre). El dispositivo se mantiene las 24 horas del día dirigido a las galaxias como la nuestra, con la esperanza de un contacto.