El peor castigo

Magdalena tenía tan solo cinco años cuando la asesinaron. Una tragedia brutal. Incrustaron unas tijeras de jardinería a través de su ojo. ¡Qué forma tan terrible de morir! Dicen que fragmentos de su cerebro terminaron en el césped. Y que cuando las plantas florecen, si te sientas y escuchas con atención, puedes escuchar sus pensamientos emanando de las flores. Un eco de la muerte, o algo de ese estilo.

flores(2)

Leer Más

Se busca un padre para el Fin del Mundo

Estoy buscando a una persona que cuide a mi niño hermoso. Es bien portado, probablemente tiene siete años, cabello negro sucio, una lengua, un par de ojos, una cabeza y un cuello. Creo que nació con brazos y piernas, aunque no lo puedo asegurar, pues tal vez le crecieron después. Lo han llamado El Fin del Mundo, pero puedes decirle Isaac.

fin del mundo

Leer Más

Palomitas de maíz

Todos sabíamos que Eliza Witherell no estaba bien de la cabeza. El primer día de clases llevó a la escuela un maldito pájaro muerto. Cuando el maestro le pidió una explicación, se puso de pie, extendió el brazo y arrancó la cabeza al animal en frente de todos.

muñeco aterrador mirada loca(2)

Leer Más

Esparcidora de plaga

Estoy infectada. Sabes perfectamente de qué estoy infectada. Lo has visto en las noticias. Desde hace varios meses la Organización Mundial de la Salud la declaró pandemia. Jamás creí que me infectaría, pero lo hice. Y ahora no sé qué hacer.

humor verde

Leer Más

El pueblo donde nadie podía morir

Mi trabajo como periodista requiere que viaje constantemente. Una parte de ese trabajo consiste en publicar una columna con mitos y leyendas de pueblos pequeños. No se trata de una labor objetiva en el mundo del periodismo, pero lo disfruto mucho. O al menos así era hasta que me topé con un pueblo llamado Madero Argento. Como versaba el mito, a nadie se le permitía morir en este sitio.

pueblo fantasma

Leer Más

Cerdícola

Le llamaban cerdícola a causa de una hendidura en la barbilla semejante a una trompa. Y una enfermedad pulmonar crónica que convirtió su ronca voz en una mezcla de chillidos y gruñidos no ayudaba mucho. Parecía un cerdo y, obviamente, el apodo no se lo pusieron de cariño.

cerdicola(1)

Leer Más