La historia de Dina Sanichar asemeja sospechosamente a la de Mowgli, personaje principal en El libro de la selva. La obra de Rudyard Kipling cuenta la historia de un niño criado por una manada de lobos, que se vuelve amigo de un oso y pelea contra un feroz tigre. Probablemente, entre todos los clásicos de la literatura esta es la obra más disfrutada por personas de todas las edades. Y no cabe duda que la historia está llena de fantasía. Pero, la verdad es que Kipling se inspiró en un niño feral real criado por lobos. Te invitamos a conocer el peculiar caso.
niños ferales
El niño lobo: Marcos Rodríguez Pantoja
Marcos Rodríguez Pantoja tenía tan sólo siete años cuando fue rechazado por su familia y, completamente solo, se las arregló para sobrevivir en las montañas. Esta es una historia más de niños ferales, pequeños que fueron criados por animales. Aunque existen casos auténticos como el de John Ssebunya, es importante aclarar que muchas de estas historias poseen un origen dudoso, y se sospecha que fueron inventadas para sacar algún tipo de provecho económico.
John Ssebunya: el niño criado entre macacos
John Ssebunya estaba por cumplir tres años de edad cuando se perdió en el bosque, y en ese momento su vida cambió radicalmente. El pequeño ugandés atestiguó una traumática experiencia en la que su padre asesinaba a su madre. Se desconoce la fecha exacta del fatídico evento, pero es el parteaguas de esta historia.
La historia de Kaspar Hauser
Kaspar Hauser fue un niño desamparado encontrado en la plaza Unschlittplatz en Núremberg, Alemania en los albores del siglo XIX supuestamente relacionado a la familia real Baden; cuya vida y muerte resultan un completo enigma. No se sabe mucho sobre su origen, algunos dicen que nació en el mes de abril de 1812. Pero lo que sí se sabe es la fecha en que lo hirieron de muerte: 17 de diciembre de 1833 en la ciudad de Ansbach, distrito de Ansbach, en Baviera. Un desenlace que hasta nuestros días permanece sin explicación.
Los niños salvajes
“Niños mono”, “niñas lobo”, “niños gacela”, e incluso un “muchacho avestruz”; todos ellos forman parte de la tradición de los niños ferales. También conocidos como “niños salvajes”, se trata de niños que han crecido con poco o ningún contacto humano, de tal manera que no son conscientes de la conducta social humana ni del idioma. Se cree que algunos de ellos han sido criados por animales, algunos reportes indican que los han defendido en la naturaleza criándolos y adoptándolos como una parte más del grupo salvaje, mientras que otros casos se deben a víctimas de abuso, después de haber crecido en el aislamiento forzado de las jaulas o sótanos.
La gran mayoría, por lo general encuentran tales afirmaciones demasiado increíbles para ser verdad, pero hay una cantidad considerable de pruebas y antecedentes disponibles sobre los niños salvajes. Mientras que muchos de los casos históricos son poco fiables o totalmente ficticios, otros registros de los niños ferales desafían una explicación simple y son difíciles de ignorar.