Es algo difícil de explicar, pero desde mi punto de vista es la sensación de ser parte de una historia donde tú eres el protagonista que se esfuma sin contemplaciones y se mantiene a la deriva por el resto de los tiempos.
Cuando eras niño, te mantenías en esta historia, había un plan trazado especialmente para ti, y si rompías este plan o lo seguías al pie de la letra, había una progresión lineal en el crecimiento, además de un objetivo final que debías alcanzar. Contabas con aliados y enemigos, con pruebas que pasabas o fallabas, tendrías momentos de catarsis, etc. Te sentías parte de una narrativa hermosa, como los héroes en las películas y los libros y los programas de televisión y las historietas. Sentías que había un camino correcto e incorrecto, y algún destino esperando por ti al final que resumía todo lo que esto significaba.