La mayoría de las personas guarda cierta satisfacción y asombro por los minerales, especialmente por las piedras preciosas, y es que además de su rareza en el medio en que vivimos parecen tan ajenas a nosotros, a la vida y a este mundo, que con un poco de imaginación (especialmente con los ópalos) pueden conducirnos a descubrir mundos enteros en su interior. Estas formaciones minerales son muy raras, una de esas sorpresas con las que siempre nos maravilla la naturaleza.