La despampanante Linda Pérez, de apenas 18 años de edad, nació en Santa Cruz del Sur, en Cuba, tiempo después de inmigrar a los Estados Unidos estaba decidida a mejorar su apariencia colocándose unos implantes de silicona en los senos, por lo que un 12 de agosto de 2013 se dirigió a un centro estético de la Florida. Una hora después de terminada su operación sufrió complicaciones y entró en coma, estado en el que permanecería hasta octubre.
Solía ser una joven orgullosa, feliz y cariñosa con su pequeño hijo. Hoy, a más de tres meses de haberse despertado del coma, difícilmente es reconocida por aquellos que la conocieron en el pasado.