En la Antigua Roma la prostitución no era un trabajo ilegal ni estigmatizado, no resultaba raro que una mujer de la clase alta y de “espíritu libre” se convirtiera en una cortesana.
En la Antigua Roma la prostitución no era un trabajo ilegal ni estigmatizado, no resultaba raro que una mujer de la clase alta y de “espíritu libre” se convirtiera en una cortesana.