Antes de convertirse es un exitoso empresario, el francés René Lacoste fue una superestrella del tenis. En el año de 1926 clasificó como el número uno del mundo y durante su carrera como tenista salió victorioso en siete torneos del Grand Slam. Pero estaba convencido de que la vestimenta tradicional del deporte era incómoda y limitaba los movimientos: camisas blancas abotonadas de mangas largas, pantalones largos y una corbata. Era como jugar al fútbol vestido de bombero.