En la comunidad de Tantará, en la región Huancavelica del Perú, sucedió un acontecimiento tan grotesco que parece sacado directamente de una sitcom estadounidense. En medio de la pandemia que aflige a los peruanos, un hombre llamado Jaime Rolando Urbina Torres (alcalde de la localidad antes mencionada) evitó que la policía lo detuviera colocándose un cubrebocas, metiéndose a un ataúd y cerrando los ojos.