El Gran Cañón de Arizona, en los Estados Unidos, está considerada como una de las grandes maravillas naturales del “nuevo mundo”, un lugar que reúne a millones de turistas cada año quienes se dan cita para disfrutar del espectacular paisaje. Pero si a este paisaje de colosales rocas sedimentadas, de por sí ya bastante asombroso, añadimos un mar de niebla resulta en un lugar que trasporta al espectador a una nueva dimensión, adquiriendo toda la apariencia de una especie de valle celestial.