La firma internacional YouGov llevó a cabo una investigación en los Estados Unidos que arrojó un dato alarmante: entre jóvenes de 18 a 24 años, solamente el 66% está completamente convencido de que nuestro planeta es redondo. Es un hallazgo que no necesariamente se traduce en una epidemia de seguidores de la conspiración de la Tierra plana, pues sólo el 4% de estos jóvenes cree que el mundo realmente es plano.
Un nuevo estudio apunta a que las personas que suelen creer en frases pseudo-profundas son mucho más propensas a presentar una baja inteligencia verbal, creer en teorías de conspiración y respaldar la medicina alternativa. En el contexto del estudio, las frases pseudo-profundas fueron definidas como declaraciones sin sentido que supuestamente poseen un significado profundo, oraciones como “El bienestar requiere exploración. Atravesar la misión y unirse a ella”, o “El significado oculto transforma lo abstracto sin paralelos”.
Se supone que el ser humano es una especie con un alto grado de evolución respecto a otros animales, nadie niega que eso se deba (en parte) a la configuración cerebral que presentamos respecto a nuestros parientes más cercanos, los monos. Gracias a una privilegiada evolución, según dicen la mayoría de los expertos.
Pero, ¿qué sería de los humanos sin todo ese acervo e información que aprendemos a lo largo de nuestras vidas? La respuesta quizá la ilustre este video en donde un grupo de jóvenes, aparentemente indios, intentan atrapar (como si fuera un animal) un haz de luz proveniente de un láser.
