En esta época de libertades, a nadie resulta particularmente sorprendente la imagen de un hombre vistiendo falda, calzado u otros accesorios destinados a la mujer. De hecho, desde hace algunos años el Internet viene promoviendo un debate en torno a la ropa unisex. Hace poco, la marca italiana Gucci generó revuelo tras lanzar un vestido tanto para mujeres como para hombres. Para muchos, un producto con estas características es innecesario y hasta inapropiado.
Aunque en la lista de los libros de ficción más populares que se han escrito en la historia de la humanidad los hombres ocupen un abrumador porcentaje del 80%, una obra del género escrita por una mujer aparece como la más popular entre todas. Así lo concluyó un sondeo de la librería Wordery, cuya finalidad era responder a la pregunta: “¿los libros de ficción más valorados están escritos por hombres o mujeres?”.
Algo tan elemental como la barba es capaz de producir cambios drásticos en los hombres. Siempre vista como un símbolo de virilidad, la barba tiene un extraño poder para resaltar los rasgos faciales de los varones (muchas veces volviéndolos más atractivos para las mujeres) además de que, por supuesto, la evolución la puso allí para protegernos de los rayos solares, atrapar toda clase de agentes alérgenos y ofrecernos un extra de protección térmica. Más allá de esto, los hombres de las siguientes fotografías sufrieron una transformación completa cuando dejaron crecer (y cuidaron) su barba.
En las últimas décadas, la cantidad promedio de espermatozoides producida por los hombres ha caído a la mitad. Sin embargo, un estudio sugiere que una sola pieza de ropa puede ayudar a revertir la preocupante tendencia. La situación no resulta nada fácil para aquellas parejas que desean concebir. Estudios recientes en diversos países revelan una situación grave: la calidad promedio del semen en los hombres ha venido en picada desde la década de 1930.
Gracias a movimientos culturales como Movember, en los últimos años el bigote dejó de considerarse una característica inalienable de cualquier oficial del orden que se respete para, de forma gloriosa, crecer en el rostro de orgullosos hombres en todos los rincones del mundo. El bigote está de moda, y gracias a esto podemos encontrar toda clase de productos relacionados con estas vellosidades bajo la nariz masculina, por lo que es solamente cuestión de tiempo antes que la taza bigotera se convierta en un artículo de uso común… otra vez.
Durante algún tiempo, el FBI denominó a la violación como “anuencia carnal forzada de la mujer contra su voluntad”, una definición que consideraba a los hombres inmunes a las relaciones sexuales no consensuadas, ignorando por completo el concepto de la violación a un hombre por otro hombre, o del hombre que es forzado, a través de medios no tangibles, a sostener una relación sexual.
