Reaccionar con exageración a cosas sin importancia no es algo raro en el comportamiento humano. Afortunadamente, nuestras reacciones exageradas no van más allá de unas cuantas majaderías y algunos sentimientos lastimados. Pero, cuando la reacción exagerada proviene de una persona que ostenta demasiado poder, o incluso de una comunidad, la situación puede volverse catastrófica. Al extremo de que se pierdan muchas vidas. A continuación, conocerás 5 reacciones históricas exageradas que terminaron en tragedia.
Histeria
La verdadera historia tras 5 casos famosos de histeria colectiva
La razón es una de las cosas que nos diferencia de los animales… bueno, la mayor parte del tiempo. En ciertos momentos de la historia, los humanos tiraron el sentido común por un caño y muchas personas fueron víctimas del pánico, la paranoia y el engaño masivo. Uno de los episodios más lamentables de esta conducta resultó con el asesinato de más de 20 personas cuando, sin justificación alguna, una ciudad entera se convenció de que las brujas se infiltraron en la comunidad y decidieron poner fin al aquelarre. Se trató de los infames juicios por brujería de Salem. Tristemente, fue uno de tantos casos donde los humanos terminaron cediendo a la histeria.
Pánico por el garrote en Londres
A mediados del siglo XIX los índices de criminalidad en Londres iban en descenso, sobre todo porque en el año de 1839 se integró la Policía Metropolitana de Londres, pero la atmósfera de temor ante el crimen era latente, sobre todo por algunos casos recurrentes de robos y homicidios y, por supuesto, la exageración de la prensa. La influencia de este último actor resultó preponderante en los casos de “garrote”, asaltos en los que el criminal estrangulaba a la víctima, frecuentemente valiéndose del brazo, un cable, cordón o trozo de tela.
Enfermera contagia sus alucinaciones a 4 personas
La madrugada avanzaba como de costumbre en la pequeña ciudad de Coos Bay, en Oregón, Estados Unidos. En aquella fría y oscura atmósfera la enfermera Mary Jane* cuidaba a una paciente de 78 años cuando, de repente, algo llamó su atención: un grupo de individuos vandalizaba con saña su automóvil, estacionado justo en frente de la casa de la anciana.