Las portadas de los discos de metal casi siempre son iguales, no hay ni como negarlo. Generalmente presentan un demonio, algún monstruo, personas deformadas, calaveras y cosas… digamos, metaleras.
Tampoco pueden faltar en prácticamente todas (sino es que en todas) el clásico fondo negro, ya que todos sabemos que el negro es el color del heavy metal desde que alguien decidió que lo era.