A los siete años de edad, Owen Howkins presenta uno de los rarísimos casos médicos del síndrome de Schwartz-Jamel, una enfermedad crónica que afecta a los músculos volviéndolos tan tensos que limitan el crecimiento de los huesos y el movimiento del paciente.
La condición del pequeño Owen también afecta su apariencia, lo que lo transformó en un niño tímido e inseguro.