En las sombras de la antigua ciudad de Agrigento, se teje la oscura historia de un tirano que dejó una huella indeleble en la historia de los hombres. Su nombre es Fálaris, un gobernante que gozó de un poder absoluto y cuyas acciones despiadadas y depravadas estremecieron a toda una civilización. Desde tiempos remotos, la historia preserva las huellas de numerosos personajes que alguna vez dominaron la escena, inspirando tanto respeto como temor. No obstante, en el inexorable paso del tiempo, muchos de estos personajes terminaron en el olvido. Relegados a meras menciones marginales en tratados académicos que muy pocos consultan.
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Teófilo Sehidis: el infame hijo de Frankenstein
Teófilo Sehidis (Σεχίδης Θεόφιλος) es recordado por el infame apodo de «Hijo de Frankenstein». A los 24 años de edad, este griego asesinó brutalmente a sus padres, hermana, un tío y la abuela en un frenesí de locura y violencia que conmocionó a la comunidad. El detalle más escabroso sobre el caso es que Sehidis almacenó en un congelador los cerebros de las víctimas.
Cueva de la Sibila: la entrada al Inframundo
La mitología griega considera que, después de la muerte, el alma de las personas viaja al Inframundo. Muchas veces llamado Hades, como referencia a la deidad que lo gobierna, este Inframundo es descrito como un sitio en penumbras, una región sin Sol, situado en lo más profundo de la tierra, o tal vez en los límites exteriores del océano.
Batallón Sagrado de Tebas: el ejército de 300 homosexuales
Para nadie es un secreto que los antiguos griegos veían la homosexualidad como una práctica cotidiana. A menudo, las parejas homosexuales mostraban tanta devoción y compromiso en su relación, que el propio Platón sugirió la integración de un ejército de varones conformado exclusivamente por amantes. Esta fuerza griega de élite conformada por 150 parejas homosexuales pasó a la historia como el Batallón Sagrado de Tebas.
Hombre descubre tumba de 3400 años bajo su granja
En la pequeña villa de Kentri, en la región sureste de la isla griega de Creta, transcurría un día completamente normal hasta que un granjero local, buscando un lugar donde estacionarse al interior de su propiedad, se dispuso a descansar bajo la sombra de uno de sus olivos. Sin embargo, al descender del automóvil se encontró con un hoyo de tamaño considerable que había aparecido de la nada. Se trataba de una tumba que resguardaba una serie de cajas y artefactos con más de 3,400 años de antigüedad.
¿Por qué las esculturas griegas tienen miembros pequeños?
En la antigüedad, los griegos convirtieron en fetiche el cuerpo masculino a través de esculturas que representan hombres poderosos y musculosos. Ocasionalmente estas obras de arte cubren las partes íntimas del cuerpo con paños, pero otras veces presentan figuras completamente desnudas.