Caer al vacío por una falla en el paracaídas es uno de esos miedos profundos e imaginarios que todos padecemos. Sin embargo, para el paracaidista Kevin Philipp esta situación se convirtió en una angustiante realidad y estuvo a nada de morir. El hombre inició una vertiginosa caída libre después que las líneas de su paraglider se enredaran.
El término rooftopper es utilizado para designar a aquellas personas que suben a estructuras altas para ejecutar diversas acrobacias mientras obtienen fotografías y videos repletos de adrenalina. Así se ganaba la vida un joven chino llamado Wu Yongning que, al buscar un momento de aventura y también una mejor condición financiera, terminó sufriendo una caída y encontrando la muerte.
El universo y los cuerpos celestes son un misterio que siempre ha cautivado a la humanidad. Desde tiempos remotos, el manto celeste ha sido usado como mapa, calendario y reloj. En el Antiguo Egipto, los egipcios observaron las fases de la Luna y construyeron los famosos relojes solares, artefactos primitivos que servían para determinar la hora del día basándose en la posición del Sol.
Saltar desde un acantilado relativamente seguro, sin duda alguna representa cierta emoción, especialmente si hay amigos cerca que pueden echarte una mano si las cosas salen mal. Lo que es incomprensible es que alguien salte desde un acantilado muy peligroso completamente solo (claro, a menos que sea un suicida). ¿Quién lo habría sacado del agua si hubiera tenido la mala fortuna de quedar herido?
Ciertamente, el ángel que cuida a este sujeto debe ser enorme. Hay más videos a continuación.
Luke Aikins es un sujeto de 42 años que trabaja como paracaidista e instructor de seguridad para la Asociación de Paracaidismo de los Estados Unidos (USPA). También es conocido por trabajar como doble de acción en películas como Iron Man 3.
Pero el sábado pasado entró a la historia de forma definitiva al convertirse en el primer hombre en saltar desde un avión sin un paracaídas o wingsuit y sobrevivir al “impacto”.
En San Diego, en los Estados Unidos se encuentra el hotel más aterrador del mundo. Los huéspedes que asisten a este lugar lo hacen con el único fin de pasar una verdadera experiencia de horror que dura entre 4 y 8 horas, según la voluntad de la personas. A los responsables del sitio les gusta anunciar que “vivirás tu propia película de terror”.
