El Síndrome de La Habana se documenta por primera vez en 2016. En esa época, varios diplomáticos que laboraban en la embajada estadounidense en La Habana, Cuba, manifestaron síntomas inexplicables. El padecimiento no solo les produjo malestar temporal, sino que dejó secuelas duraderas. Entre los afectados figuraban varios agentes de la CIA que se hacían pasar por oficiales diplomáticos.
La Agencia Central de Inteligencia en los Estados Unidos (CIA) invirtió millones de dólares y cientos de horas-hombre en el desarrollo de un gato cyborg. La operación Acoustic Kitty se implementó en la década de 1960, en plena Guerra Fría, con el objetivo de espiar a los soviéticos.
El valle de Isdalen se ubica en las proximidades de Bergen, una ciudad en la costa suroeste de Noruega. Los habitantes lo conocen como el “Valle de la muerte” a causa de las numerosas muertes de campistas que se han suscitado en la región, pero también porque sus traicioneras pendientes se convirtieron en el destino final de muchos suicidas durante la Edad Media. Sin embargo, el mote de este sitio se hizo aún más relevante el 29 de noviembre de 1970, cuando una familia que practicaba senderismo hizo un hallazgo espeluznante.
Aunque los nombres de muchos espías son referidos como inspiración de James Bond, Dusko Popov realmente llegó a trabajar con Ian Fleming, con quien intercambió diversos relatos sobre sus hazañas en el mundo del espionaje. La frase “mi nombre es Bond, James Bond” es un ícono en el mundo ficticio de los súper espías por ser la forma en que se presenta (a amigos y enemigos por igual) el agente creado por Ian Fleming. Pero es casi obligatorio cuestionarse si la frase hubiera tenido el mismo éxito al salir del hombre que inspiró al personaje: un doble agente oriundo de Serbia llamado Dusko Popov.
Desarrollado por DARPA, ARGUS-IS es un sistema matricial de cámaras montadas sobre un dron que produce imágenes y videos de 1.8 gigapixeles. El dispositivo es utilizado como un sistema de video vigilancia, guardando cada día (y de forma permanente) un total de 1 millón de terabytes de datos. A quién, porqué y cuando vigilan es un algo que solo podría responder el Ejercito de los Estados Unidos, claro, si no fuera un asunto altamente clasificado.
Cualquier persona que use el servicio de intercambio de archivos BitTorrent para descargar la última versión de su música o película favorita es probable que este siendo monitoreada, revelan investigadores del Reino Unido.
Un estudio de la Universidad de Birmingham indica que un usuario que descargue contenido popular ilegal estará siendo registrado por una empresa de vigilancia dentro de las próximas tres horas. El equipo dijo estar «sorprendido» por la escala de la supervisión.
Los titulares de derechos de autor podría utilizar los datos para tomar medidas enérgicas contra las descargas ilegales. La investigación de tres años se llevó a cabo por un equipo de científicos de la computación que desarrollaron un software que actúa como un BitTorrent para compartir archivos de cliente registrando todas las conexiones realizadas al mismo.