El arte es un campo muy amplio y con muchas ramificaciones. No todas las obras tienen que ser bellas o agradables a la vista. Precisamente en eso radica la grandeza del arte, que va más allá de las obras conocidas de artistas famosos como Picasso o Van Gogh. Abarcando incluso las expresiones más extrañas e inusuales de la mente creativa. Las esculturas que se presentan a continuación tienen una apariencia muy peculiar.
El artista Oscar Nilsson reconstruyó, en tercera dimensión, la figura una mujer que vivió hace más de 4,000 años. El especialista en arqueología reconstructiva tomó como base el cráneo de la fémina y mediante un trabajo minucioso la “regresó a la vida”. La osamenta se localizó hace más de un siglo bajo una tumba de piedra en un bosque de Lagmansören, en Suecia.
Robin Wight es un artista con sede en el Reino Unido que ha ganado fama con sus esculturas de hadas. Con alambre de acero inoxidable en distintos calibres y un montón de talento, estos míticos seres se materializan en escenas dramáticas. Ya sea aferrándose a un diente de león para evitar que el viento las arrastre, posando en un riachuelo o suspendidas en el aire, son esculturas llenas de fantasía y movimiento.
Cuando se escucha la palabra estatua, es común que venga a la mente una obra escultórica a escala, o en tamaño natural, que represente en efigie a una figura humana. Sin embargo, las estatuas más grandes del mundo poco tienen que ver con personas reales y, de hecho, están enfocadas en figuras religiosas que destacaron por hazañas milagrosas. Dicen que la fe mueve montañas, pero después de conocer las 15 estatuas más altas del planeta, comprobarás que la fe también construye montañas.
Todos los años, miles de turistas aprovechan la llegada de la primavera para viajar a Japón y maravillarse con la temporada de floración de los cerezos, un fenómeno de la naturaleza que ofrece paisajes idílicos indescriptibles. Sin embargo, el cerezo que te presentamos hoy es por mucho el más raro de su especie.
En la antigüedad, los griegos convirtieron en fetiche el cuerpo masculino a través de esculturas que representan hombres poderosos y musculosos. Ocasionalmente estas obras de arte cubren las partes íntimas del cuerpo con paños, pero otras veces presentan figuras completamente desnudas.
