Creo que todas las personas que lean estas líneas, alguna vez en sus vidas habrán experimentado las exquisitas mieles de un enamoramiento. Esas emociones que hacen al corazón acelerarse, a las palabras desordenarse, a las mejillas enrojecerse y a la cabeza perderse.
El universo entero se resume en captar la atención de nuestra persona amada. Y en la lucha por ella, por la atención, acabamos deduciendo estrategias de seducción que rayan en lo verdaderamente ridículo.