Cuando tenía apenas 3 años, Ben Underwood perdió sus ojos debido a un terrible cáncer, pero esto no significo un problema mayúsculo para él, porque a pesar de su condición monta bicicleta, jugar al baloncesto y hacer cosas normales, tal como lo haría cualquier niño sano. Si no se pone la atención debida uno puede pasar por alto el hecho de que es totalmente ciego. ¿El secreto? El joven desarrolló una forma muy diferente de ver el mundo a través de la ecolocalización. Mediante su lengua emite un sonido y el oído capta la onda de vuelta, formando una imagen en su cerebro de lo que está a su alrededor. Los delfines y los murciélagos son animales que utilizan la ecolocación de una forma especializada para desplazarse. Su historia fue contada en la serie «Gente extraordinaria – El niño que ve sin ojos«, que se puede ver a continuación (en inglés):