Es una decisión dolorosa, que lastima profundamente. Nos referimos a la decisión de practicar la eutanasia a un animal, en este caso, un perro.
La familia Roberts, residentes de Houston, en los Estados Unidos, tuvo que tomas esta difícil decisión con su amada mascota Duke, que fue diagnosticado con un agresivo cáncer de huesos y, aun después de tratamiento y de la amputación de una de sus patas, tuvo metástasis. Su condición empeoró mucho y la familia decidió que no había nada más que hacer.