Creo que la inocencia de los pequeños nunca dejará de maravillarnos y de dibujarnos una sonrisa en la cara.
Este es el hijo de Jesse Fulcher, quien fue engañado por su padre diciendo que robaría su oreja, y no suficiente con eso también tomó su nariz, el pequeño queda devastado al saber que se ha quedado sin sus preciadas partes corporales.