El sistema cuántico Jiuzhang, desarrollado por personal de la Universidad de Ciencia y Tecnología de China, habría calculado en minutos lo que a una supercomputadora le llevaría más de 2 mil millones de años. Los primeros indicios sobre un gran avance en computación cuántica aparecieron en 2017. Sin embargo, en octubre de 2019 Google sorprendió al mundo al anunciar que Sycamore, su computadora cuántica, superó a una máquina clásica alcanzado la “supremacía cuántica”.
Desde hace ya varias décadas los científicos se han venido cuestionando la posibilidad de recurrir a la mecánica cuántica para explicar la vida codificándola a través de algoritmos. Un nuevo artículo publicado en el periódico Scientific Reports nos acerca un poco más a responder estas incógnitas gracias a las conclusiones de una investigación que se hizo utilizando una súper computadora cuántica de IBM.
Si te remites a las clases de física de la educación secundaria, seguramente recordarás aquella información extraña de que la luz se comporta como partícula y onda. Cuando la luz ultravioleta impacta una superficie metálica, provoca una emisión de electrones. Albert Einstein fue el responsable por dar explicación a ese efecto “fotoeléctrico” proponiendo que la luz – que se pensaba era apenas una onda – también es un flujo de partículas.
Según un prometedor estudio publicado por la Harvard Gazette, científicos del MIT Center for Ultra cold Atoms de la Universidad de Harvard han conseguido, contra todos los pronósticos, coaxiar fotones dentro de moléculas más duras, de tal forma que la interacción entre ellas podría, en un duelo digno de La Guerra de las Galaxias, cortar de tajo la mano de uno de los contendientes.
En una entrega preliminar de un trabajo que muy pronto harán público en toda la extensión, científicos en el MIT de Harvard anunciaron el desarrollo de una tecnología que, en teoría, puede ser usada para construir una espada láser totalmente funcionar. Anteriormente se creía que los fotones, partículas con menos masa que constituyen la luz, no tenían interacción con ningún otro elemento, pero descubrieron que el cruce de dos rayos de luz durante un fenómeno lumínico provoca una reacción inesperada entre los elementos de ambos haces.