En el pasado están a punto de quedarse las elegantes cajetillas de cigarrillos que distinguían a las marcas de sus demás competidores. Australia es el primer país en reglamentar los paquetes de cigarrillos para que no cuenten con los logos ni colores de las tabacaleras.
En su lugar, el paquete entero esta envuelto en un insípido fondo oscuro repleto de imágenes médicas y mensajes que advierten sobre la consecuencia y los riesgos de fumar. La única referencia permisible a las compañías productoras de tabaco es el nombre de la marca en letras blancas pequeñas en el fondo del contenedor.