Bruno Borges, un estudiante de psicología de 24 años, se encuentra desaparecido desde el pasado 27 de marzo fecha en que se le vio por última vez en la comunidad de Rio Branco, en Brasil. La desaparición del joven es investigada por la Policía Civil del estado de Acre, y se afirma que todas las posibilidades están siendo consideradas, pero el caso se mantiene en total sigilo.
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Llanta se desprende de vehículo y golpea a hombre en Brasil
La vida transcurría con perfecta calma y normalidad para Roberto Carlos Fernandes, un hombre de 50 años residente de la localidad de Ipatinga, Minas Gerais, en Brasil, cuando caminaba por una acera al lado de su esposa. Jamás se imaginó que transitar por una vía tan cotidiana, en el lugar y momento equivocado, por poco y le costaría la vida.
Supuesto fantasma es filmado en prisión de Brasil
El video que estás a punto de ver empezó a circular en las redes sociales la semana pasada, en las imágenes aparece una sombra negra que “emerge” del suelo en una de las celdas en la prisión, flota por la parte externa del complejo y finalmente parece retornar al mismo lugar de donde salió. Muchas personas han clasificado este material como evidencia de “actividad paranormal”.
El desenfreno sexual en los Juegos Olímpicos
En las olimpiadas de 2008, tres jugadoras del equipo sueco de balonmano le hicieron una pregunta al técnico de Usain Bolt: “¿Está bien si entramos a su habitación para felicitarlo por su medalla de oro?”. El entrenador accedió. Y las felicitaciones de las suecas hacia el corredor jamaiquino se extendieron más allá de los 90 minutos, entre cuatro paredes y a puerta cerrada.
El accidente con Cesio-137 en Goiânia, Brasil
La ciudad de Goiânia, capital del estado de Goiás, en Brasil, fue escenario de uno de los peores accidentes nucleares de la historia en el año de 1987. La catástrofe se debió al Cesio-137 y resultó en cientos de personas contaminadas por el isótopo radiactivo y otras tantas consecuencias irreversibles.
Science Combat, juego de pelea con personajes científicos
A veces intento recordar en que punto de mi vida deje de ser tan aficionado a los videojuegos. Quizá haya sido cuando los precios por juego se convirtieron en algo realmente abusivo o cuando descubrí mi amor por la pizza, pero en fin, tampoco ahondaré mucho en el tema. La verdad es que varios de mis mejores recuerdos de la infancia tienen lugar frente a una arcade, o maquinita como solíamos llamarle.