Un ex convicto en Bangladesh generó gran revuelo en el país tras su liberación anticipada. Y es que no solo lo liberaron cuatro años y cuatro meses antes de lo previsto en su condena. Sino que recuperó su libertad tras asesinar a 26 personas durante su estancia en prisión. Hasta cierto punto el título de esta publicación podría considerarse una argucia, pero detrás de esta historia se encuentra el peculiar sistema de justicia bangladesí.
Fahim, un joven bangladesí de 15 años, es el auténtico campeón de todos los tiempos en el juego de las escondidas. Mientras jugaba con sus amigos en la localidad de Chittagong, en Bangladesh, le pareció una excelente idea ocultarse al interior de un contenedor de carga. Su plan funcionó a la perfección y nadie lo volvió a ver en los próximos seis días.
Seis personas muertas y decenas de desaparecidos es el saldo de un trágico accidente en Bangladesh. El pasado domingo, un carguero que navegaba por el río Shitalakshya embistió una pequeña embarcación que transportaba a 50 pasajeros en las afueras de Daca.
Tres países, tres idiomas, tres contextos diferentes, pero la misma realidad: Whore’s Glory (La gloria de las prostitutas en español) es un perturbador documental sobre el mundo de la prostitución y el bajo mundo. Dirigido por Michael Glawogger, el film muestra con la frialdad de la realidad que el hecho de no ser testigos del sufrimiento de estas mujeres, no significa que deja de existir.
Filmado en Tailandia, Bangladesh y México, el documental llama la atención no sólo por su temática, que pudiera invitar al morbo, sino también por las increíbles imágenes y la entrada en los peligrosos lugares dónde se maneja el negocio de la prostitución en 3 los países. La música de PJ Harvey, CocoRosie y Antony and the Johnsons da el toque de dramatismo final a la trama.
Muchas fotografías impactantes fueron difundidas en los días posteriores al trágico derrumbe de una fábrica textil en las afueras de Dhaka, en Bangladesh, cuyo saldo terminó por contabilizar a más de 800 muertos. Sin embargo, una sola toma, la del fotógrafo bengalí Taslima Akhter, fue considerada como la captura más impresionante del dolor de todo un país, un abrazo de la muerte paradójico e inquietantemente bello, se trata de la primera foto que ilustra este artículo.