Escucha, tenemos que entender algo verdaderamente serio. Los ricos tienen muchas otras preocupaciones que los pobres jamás comprenderían. Los ricos tienen problemas muchos más gordos, como no saber dónde diablos dejaron estacionado su Ferrari o su Porsche.
Y si lo que buscamos son personas ricas, nada mejor que Dubái, la capital de la ostentación y el desenfreno económico.