Gracias a que el tiempo que la Luna demora en girar sobre su propio eje coincide con el tiempo que tarda en dar la vuelta a nuestro planeta (27 días y 8 horas), siempre podemos ver la misma cara desde la Tierra. Por eso se produce esa ilusión de que está estática y que tiene un lado oscuro, pero en realidad la Luna gira como lo hacen los planetas del Sistema Solar.