Narquitectura: Los palacios fortificados de los capos del narcotráfico en México

Un gángster vive una vida rápida y peligrosa, especialmente los brutales narco-caciques de México. Basta con mirar sus casas. Con la posibilidad de morir siempre cerca y un montón de dinero para gastar, tiene sentido gastar abundantemente en una mansión, especialmente en una fortificada. Los locales tienen un término para el estilo: narquitectura.

Algunos están construidos como castillos, destinados a expresar la autoridad, cuentan con lujosos interiores y plumas de animales exóticos. Otros están disimulados en vecindarios exclusivos de de altos ingresos, por lo que su vulgaridad es menos visible. Pero la casa de un gángster, sin importar dónde esté, va a ser ostentosa e idiosincrásica. Algunas de estas casas son simplemente demasiado grandes, con muebles aparentemente elegidos al azar y con aparente prisa. Damien Cave, reportero de The New York Times, escribió que estas mansiones aparentan que fueron construidas y decoradas “como en un día de compras con una hora límite impuesta por una profesión peligrosa”.

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