Los ataques de la organización islamista Al-Qaeda a los Estados Unidos el 11 de septiembre de 2001, agravaron como ningún otro evento el escenario de las preocupaciones mundiales sobre el terrorismo. Además de los 3 mil cadáveres y los 6 mil heridos, los ataques sembraron el pánico y la inseguridad en los hogares estadounidenses.
En la fatídica mañana del 11 de septiembre de 2001, 19 terroristas islámicos secuestraron cuatro aviones con la intención de convertirlos en verdaderos misiles. Elegidos por su tamaño y poder, tres aviones fueron arrojados contra símbolos de la nación americana.