¿Qué dice la “Profecía de los Papas”?

En el siglo XII un obispo irlandés conocido como San Malaquías redactó una supuesta profecía en donde se dice que Francisco será el último Papa en la historia de la Iglesia. No se trata directamente de una previsión apocalíptica, sino de un indicio a que un nuevo tipo de líder en la Iglesia Católica gobernará en la “desolación del mundo” y que Roma será destruida.

En total, la profecía comprende 112 lemas escritos en latín. En orden cronológico, cada uno describiría los últimos 112 papas. Pero, de igual forma que sucede con otras profecías, este texto es vago y encaja en todo un mundo de interpretaciones – por ejemplo, puede hacer referencia a un símbolo del país en que nació determinado Papa. También existen dudas sobre la autenticidad: dado que solo se supo de su existencia hasta el 1590, algunos historiadores creen que la fabricaron en esa época y la dataron de forma intencional en el 1139.

Estos son algunos ejemplos de las predicciones hechas por Malaquías.

Papa Pío VII (1800 a 1823), «Aquila Rapax» – El perseguido.

La interpretación que justifica tal lema de “Águila de rapiña” es que este líder de la iglesia vivió durante el dominio militar de Napoleón Bonaparte, cuyo símbolo era un águila imperial.

Papa Pío IX (1846 a 1878), «Crux de cruce» – El crucificado.

El lema “Cruz de la cruz” sería una metáfora para las vicisitudes que enfrentó durante su mandato. Su pontificado se vio seriamente afectado por la Revolución Italiana (1848-1859) y, de hecho, murió enclaustrado en el Vaticano mientras rezaba el rosario.

Papa León XIII (1878 a 1903), «Lumen in cœlo» – El iluminado.

Aunque fue un Papa estricto, también fue un hombre amante de las ciencias y el arte. Se le consideró un “iluminado” por estar adelantado a su tiempo. El lema se traduce como “Luz en el cielo”.

Papa Pío X (1903 a 1914), «Ignis Ardens» – El estrellado.

El escudo de este Papa presentaba una estrella (Ignis Ardens se traduce como estrella en llamas) y en el mismo destacaba el mar de Venecia.

Juan Pablo I (1978), «De medietate lunæ» – El breve.

El Papa italiano murió, supuestamente, de un ataque cardíaco tan solo 33 días después de haber asumido el mando de la Iglesia Católica. El lema significa “Por el periodo de una Luna” y, si somos lo suficientemente abiertos a la interpretación, nos daremos cuenta que su papado duró poco más que un ciclo lunar.

Juan Pablo II (1978 a 2005), «De labore solis » – El obrero.

El lema, “Por el trabajo del Sol”, puede hacer referencia al incansable empeño de Juan Pablo II en su labor como líder de los católicos: se le considera el Papa que más ha viajado alrededor del mundo. O quizá se deba al hecho de que nació y murió en días donde tuvieron lugar eclipses solares.

Benedicto XVI (2005 a 2013), «Gloria oliuæ» – El penúltimo.

Pertenecía a la Orden de San Benito, cuyo símbolo posee un olivo. Este fue el primer Papa perteneciente a la Orden de Olivetani, también conocido como los benedictinos. El lema significa “La gloria del olivo”.

Francisco (2013 – ), «Petrus Romanus» – El desolador.

La profecía señalaba que el sucesor de Benedicto XVI tomaría el nombre de Pedro II. Estaba mal: el nuevo Papa se bautizó como Francisco. E incluso es algo bueno que se haya equivocado, pues en el último lema se mencionaba: “Petrus Romanus, qui paſcet oues in multis tribulationibus: quibus tranſactis ciuitas ſepticollis diruetur, & Iudex tremẽdus iudicabit populum ſuum. Finis”. La traducción sería algo como “Pedro el Romano, quien pastorea a sus ovejas entre las tribulaciones, y cuando estas cosas lleguen a su fin, la ciudad de las siete colinas será destruida, y un terrible juez juzgará a su pueblo. El fin”. Según San Malaquías, la ciudad de las siete colinas es Roma, territorio donde se ubica el Vaticano.

Una teoría dice que la profecía no está para nada errada, pues Bergoglio adoptó el nombre de Francisco como homenaje a la orden de los franciscanos y a San Francisco de Asís. El detalle es que el verdadero nombre de este santo era Giovanni di “Pietro” Bernardone. Pietro es el nombre italiano para Pedro.

Como aclaración, los teólogos debaten en clasificar el texto como “profecía”, pues es un término reservado para las predicciones que hay en la Biblia.