Mnemósine, la diosa de la memoria

Mnemósine fue la diosa griega de la memoria, y en su época se consideró una de las deidades más poderosas pues la memoria, según la creencia de algunos, es el don que nos diferencia de los otros seres vivientes. Es un don que nos permite el raciocinio, para prever o anticipar los resultados, y es la base de la civilización.

Mnemósine era una titánide (terminó femenino para titán), hija de la primera generación de deidades en Grecia. Sus padres fueron Urano y Gea. Existen muy pocas historias sobre ella, y casi todas provienen de antiguos poetas que relataban los maravillosos presentes que le hacía a la humanidad.

De forma un tanto irónica, la diosa Mnemósine cayó en el olvido, se perdió en las brumas del tiempo siendo más recordada en la mitología por su condición de progenitora de las Musas, las nueve diosas griegas, cuyo papel era llevar inspiración a poetas y músicos e impulsar el arte y las ciencias.

El nacimiento de las musas.

Una vez que Zeus se levantó victorioso de la guerra contra los Titanes y se proclamó líder de los dioses del Olimpo, temía que aunque fuera inmortal, sus grandes hazañas y decisiones pudieran ser olvidadas. En su anhelo por encontrar una forma de conservar las memorias de sus numerosos y grandes logros, se vistió como un pastor y fue al encuentro de Mnemósine. Dormirían juntos durante nueve noches antes de que él regresara a su casa en el monte Olimpo.

Zeus obtuvo lo que buscaba. Meses después, Mnemósine dio a luz durante nueve días, cada día entregando una hija. Colectivamente, estas mujeres fueron conocidas como las Musas, y eran responsables por la inspiración/creación artística y científica. Zeus les dio el privilegio de nombrar todas las cosas de la Tierra.

Las musas son:

• Calíope (poesía épica y elocuencia)
• Clío (historia y poesía heroica)
• Erato (poesía romántica);
• Euterpe (música);
• Melpómene (tragedia);
• Polimnia (cantos sagrados);
• Terpsícore (danza, poesía ligera y canto coral);
• Talía (comedia y poesía bucólica);
• Urania (astronomía y astrología).

Los banquetes en el monte Olimpo no estaban completos sin las Musas. Sentadas junto al trono de su padre, entretenían a los invitados, cantando no solo sobre la grandeza de Zeus, sino sobre todos los hechos maravillosos de los héroes griegos, sobre la creación de los cielos y de la tierra y sobre todas sus criaturas maravillosas.

Existía una fuente dedicada a Mnemósine frente al oráculo que Trofonio en Lebadia. Los mortales que llegaban a consultar al Oráculo tenían que elegir entre conservar su memoria y beber de la fuente de Mnemósine u olvidar su pasado y beber de la fuente del Leteo. Análogamente, según una serie de inscripciones funerarias del siglo IV a.C., relacionada con la poesía órfica, en el reino de Hades existía un río o lago llamado Mnemósine, como contraparte del Leteo. Las sombras de los muertos bebían del Leteo para no recordar sus vidas pasadas cuando reencarnaban, pero los iniciados deberían beber del Mnemósine cuando murieran.