Masacre de Nataruk, los indicios más antiguos de guerra en la humanidad

Un equipo de investigadores procedentes de la Universidad de Cambridge, recientemente divulgó un estudio sobre una serie de fósiles encontrados en Nataruk, Kenia. La búsqueda llevó a los arqueólogos al descubrimiento de osamentas humanas entre las que había restos de hombres, mujeres y niños con claras señales de violencia física, sugiriendo que la humanidad ya estaba en guerra desde hace por lo menos diez mil años. Hasta hoy, es el registro más antiguo de un conflicto humano del que se tenga noticia.

masacre nataruk (2)
Un cráneo aplastado es una de las evidencias de las violentas muertes en el grupo.

Aunque es algo triste, se trata de un importante descubrimiento, toda vez que los científicos aún no tienen certeza del momento en que las guerras empezaron a aparecer en nuestra especie. ¿Habrían surgido a raíz de algo profundo en nuestra historia evolutiva, o como una consecuencia de nuestro sentido de posesión que surgió con el desarrollo de la agricultura? Todavía es un misterio. En esta nueva investigación fueron localizados veintisiete esqueletos parciales, pertenecientes a una tribu de cazadores que aparentemente fue brutalmente asesinada. Los cuerpos no fueron sepultados.

Entre las lesiones ubicadas en los esqueletos, se encuentran huesos rotos, heridas provocadas por flechas en la región del cuello y otros traumas causados por el uso de la fuerza. También localizaron proyectiles hechos de roca en la región del tórax y cráneo de dos hombres, mientras que cuatro esqueletos fueron encontrados en posiciones que sugieren que los ataron de manos – entre ellos una mujer en un avanzado estado de embarazo.

Según Marta Mirazón Lahr, la investigadora líder del proyecto, este escenario sugiere que existió la muerte intencional de un pequeño grupo de individuos. “Estas evidencias prueban que las guerras formaban parte del repertorio de interacciones entre los grupos prehistóricos”. Investigaciones con radiocarbono indican que los esqueletos tienen entre 9.5 mil y 10.5 mil años. En ese periodo de la prehistoria, Nataruk habría sido un territorio fértil, con árboles y un enorme lago, así como probablemente un lugar envidiable para vivir – lo que quizá motivo la guerra. También encontraron evidencias de viviendas, lo que sugiere que el pueblo de Nataruk almacenaba comida. “La masacre de Nataruk pudo haber sido el resultado de un intento por tomar recursos: territorio, mujeres, niños, comida almacenada, todo eso poseía un valor similar para las sociedades que se convertirían en agricultoras. Los ataques violentos formaban parte de su estilo de vida”, dice Mirazón.

masacre nataruk (1)
Los cuerpos encontrados pertenecían a una tribu de cazadores.

Lo que hace diferente a este escenario de otros descubrimientos de interacciones entre grupos de cazadores es, justamente, lo violentas que resultaron estas interacciones. Generalmente, cuando surgía una disputa por comida, solo los hombres eran asesinados; mujeres y niños se convertían en un “trofeo” para el grupo vencedor. En Nataruk, parece que solo unos cuantos individuos sobrevivieron al violento encuentro – si es que alguien pudo escapar con vida.

Los investigadores aún no tienen pistas de quién cometió la masacre en Nataruk, pero se localizaron dos flechas hechas de obsidiana, una roca volcánica oscura que no fue usada hasta la Edad de Piedra en esa región. Esto sugiere que los grupos que se enfrentaron pertenecían a diferentes regiones.

Desafortunadamente nunca sabremos lo que sucedió realmente en la masacre de Nataruk. Pero no es la primera vez que se descubren señales de guerra en nuestra historia – en 2014, se descubrió que los chimpancés también se organizan en ataques coordinados. “No tengo duda de que la violencia está en nuestra biología, por más que parezcamos amorosos”, comentó Robert Foley, autor colaborador del artículo sobre el tema publicado en Nature. “Mucho de lo que entendemos sobre evolución humana sugiere que realmente hay dos lados de esa moneda”, explicó.

Referencia: Evidence of a prehistoric massacre extends the history of warfare / ScienceDaily

Quizá te interesa:

11 comentarios en «Masacre de Nataruk, los indicios más antiguos de guerra en la humanidad»

  1. La agresividad es parte de la naturaleza del ser humano. Lo que no da derecho a nadie para dañar a otros. Se necesita más esfuerzo para controlarla y utilizarla como impulso para no rendirse ante las dificultades. La agresividad no es mala si se emplea de manera constructiva o como último recurso en defensa de la vida y de la integridad física. Lastimar es fácil. Resistir el dolor físico o emocional es lo que requiere esfuerzo. Por eso pocas personas lo intentan.

    Responder
    • No es solo parte de la naturaleza humana, es parte de la naturaleza de todo animal. Todos los animales recurrimos a la violencia en defensa o para continuar con nuestra vida, las primeras guerras de la humanidad fueron libradas con el propósito de obtener recursos para perpetuar la existencia, bien fuera comida, un lugar más cálido o fértil, mujeres… pero entre tanto la civilización y la consciencia humana de sus propios deseos y voluntad de vivir -y no simplemente sobrevivir como el resto de los animales- fue avanzando, hizo que el motivo de las guerras y los conflictos entre grupos o civilizaciones se fuera diversificando hasta el punto en que ya no tiene demasiada justificación desde un punto de vista natural en general, sino más bien solo se puede justificar desde el punto de vista de la naturaleza, no solo humana, sino de todo ser que haga gala de razonamiento y consciencia.

      En resumen, todo ser con capacidades similares a la humana -bien menos o más inteligentes- son capaces de este tipo de violencia, bien por necesidad o por capricho, y los motivos de esto son tan complejos como el origen de la inteligencia misma.

      Responder
  2. Insólito descubrimiento.
    Podemos ver el comportamiento descrito en niños pequeños, que son territoriales y recelosos de sus cosas, tal vez sea nuestra verdadera naturaleza.

    Responder
    • Imagina que vives en un paraíso, donde ni estiras la mano para comer, no existe el dolor, el sufrimiento, frío, cansancio, sólo un total estado de serenidad y tranquilidad; es más, ni siquieras estas corrompido por el iluso deseo de “la felicidad”. Ahora imagina que de sopetón te desalojan de ese lugar y te ponen a parir chayotes en el mundo real, sintiendo todo lo anterior descrito y añorando regresar a tu lugar de origen…aunque no lo recuerdes bien porque el mundo poco a poco te absorbió.

      Es el trauma del nacimiento, el llegar a esta vida dejando el vientre de tu madre donde la conciencia misma no tiene sentido. Ese trauma supone el origen del caos en la naturaleza humana, que al ser conscientes de nosotros mismos, también somos conscientes de nuestros dolores. O eso creo yo…

      Responder

Deja un comentario