Los macabros velorios de una funeraria en Puerto Rico

Dar el último adiós a una persona siempre resulta un tema muy sensible para la familia, pero una funeraria en Puerto Rico decidió abordar este evento tan traumático de una forma poco ortodoxa en lo que respecta a la ceremonia del velorio.

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En el bar Carmín, ubicado en el barrio San José, en la capital San Juan, todo parece transcurrir con relativa calma y muy pocos llegan a imaginarse que en este lugar se está llevando a cabo un velorio, pese a que no hay indicio alguno de tal cosa. Ahí puede verse a un hombre vestido con ropa deportiva sentado frente a una mesa de plástico sobre la que hay un juego de dominó, el hombre lleva colgado un rosario, una gorra que combina con su vestimenta general y unas gafas oscuras, pero no se mueve, se mantiene inmóvil frente a un juego que nunca concluyó. Sí, está muerto.

En vida respondía al nombre de Jomar Aguayo Collazo y llegó hasta los 23 años, cuando el pasado 11 de octubre perdió la vida en una balacera. El atentado se relacionó con un ajuste de cuentas debido al narcotráfico y otras dos personas más murieron junto con él, pero solamente su familia decidió darle un velorio tan particular y “extravagante”.

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Uno de los primos de Jomar se sienta a su lado en el velorio.

Su madre es la propietaria del bar donde Jomar fue velado, un sitio que solía frecuentar para beber y jugar partidas de dominó. Ella misma se encargó de decorar el local con globos de colores, como una referencia clara al aniversario de su hijo, puesto que lo había celebrado apenas tres días antes de morir.

El padre, José Aguayo Calderón, se mostró devastado durante el velorio de su hijo más joven. Don José dice que la idea de velar al joven de esta forma fue de la madre y los hermanos de Jomar. No existe mucha información sobre el desarrollo de los eventos, pero el padre cree que alguien le solicitó a su hijo que saliera poco antes de que empezara el tiroteo. Según la policía del lugar, Jomar estaba vinculado con el narcotráfico y encontraron un arma junto a su cadáver.

 

Funeraria Marín.

Independientemente de lo delicado que resulta la pérdida de un ser querido, aunque haya estado relacionado con la delincuencia, lo interesante en esta noticia es la funeraria Marín, un establecimiento que desde el año 2008 ha venido ofreciendo este tipo de funeralesextravagantes”. Es un lugar muy bien conocido en San Juan por embalsamar cadáveres de una manera poco ortodoxa.

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En el 2008, Angel Luís “Pedrito” Pantojas, fue el primer cadáver velando de esta forma en Puerto Rico.

“Algunas personas solicitan que simules estar jugando con ellas… mientas que otros juegan billar, escuchan música o beben, como lo harían en cualquier bar”, dice Elsie Marín, la dueña de la funeraria, que después pasó a elogiar los resultados que logró con Jomar.

“En términos de detalles, resultó el mejor”, dijo Elsie.

“No me parece que sea de mal gusto, pues todos tienen el derecho a ser velados como mejor les parezca. Incluso podría considerarse una obra de arte”, sigue Marín, reconociendo directamente que su negocio está especializado en llevar a cabo este tipo de funeral “no convencional”.

“Hay opiniones divididas sobre el tema, pero nos limitamos a ofrecer un buen servicio y a satisfacer a los clientes”, concluye Marín, puntualizando en que los costos de este tipo de velorio no son mayores que los que representa un velorio “normal”.

El caso de Jomar es solo un ejemplo del trabajo de la funeraria Marín. Ha realizado múltiples trabajos como poner a un boxeador muerto dentro de un ring, un hombre sentado en su moto favorita, entre otros que ejemplificaremos con unas imágenes a continuación.

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Edgardo Velazquez, un paramédico, fue velado en la ambulancia donde trabajaba.
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David Colón fue velando en las instalaciones de la funeraria Marín, en abril de 2010, sobre su moto favorita.
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Christopher Rivera, boxeador de profesión, fue velado de pie sobre un ring en enero del año pasado.
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Georgina Chervony, de 80 años, pidió que la velaran vestida de blanco sentada sobre su silla. Mayo de 2014.

Legalmente, el gobierno de Puerto Rico está con las manos atadas toda vez que no dispone de un marco legal para prohibir la práctica u obligar a la familia a tratar el cadáver de un ser querido de cierta forma. Pueden saber más sobre el tema en Univisión y Primera Hora.

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10 comentarios en «Los macabros velorios de una funeraria en Puerto Rico»

  1. No quiero sonar xenófobo pero sacando a la señora de la silla y al paramédico los demás me parecen simples hampones comunes… ¿Será que todos en Puerto Rico tienen que parecer criminales o reggaetoneros de quinta?

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  2. No se si sea cuestion de cultura o de conveniencia el asunto de honrar asi a personas que vivieron dañando a sabiendas a otras personas, lo que deberia avergonzar a una familia de buenos valores, les enorgullece a las familias de algunos de estos difuntos que vivieron del crimen y murieron por eso.

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    • ¿Algunos, en plural? ¿leímos el mismo artículo? solamente UNO de los mencionados está relacionado con el crimen, y la familia no tiene ninguna culpa de eso, ni mucho menos se lo están celebrando o mostrándose orgullosos ¿acaso vez que pusieran el cadáver vendiendo droga o algo?. A poco porque su hijo andaba metido en eso automáticamente los padres se olvidarán de él, no le harán funeral y no van a sentir dolor. Se necesita ser un verdadero i mbécil para pensar así.

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      • Cada padre sabrá lo poco o mucho que quiso a su hijo, mi objeción es la honra que les dan aun sabiendo a lo que se dedicaban, perpetuando así la idea de una muerte honrosa a pesar de lo malo que hayan hecho en vida, lo mismo que pasa en Mexico, personas que son una basura y que hasta a los padres maltratan pero al morir casi les hacen funeral de estado, y el mensaje que transmiten a la siguiente generación es que hagan lo que hagan siempre se les recordará bien al morir, y sí, todos tienen derecho a un funeral digno, pero no a que se les recuerde con honra, ademas a excepcion del paramedico y la viejita, los demas mencionados en este post murieron por ajustes de cuentas o por asuntos del narcotrafico, investiga bien y ya deja los convencionalismos sociales

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