Hidrosupremacia: origen humano y el ascenso de los delfines

Además de ser el nombre de un cuadro de Paul Gauguin es también un conjunto de preguntas que la filosofía, la religión, la genética, la antropología, etc. han intentado responder.

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“Where Do We Come From? What Are We? Where Are We Going?” – Paul Gauguin

Concentrándome en la primera pregunta y a pesar de no poder ofrecer una respuesta que agrade a todo el mundo (no me mal interpreten, nunca nadie va a conseguirlo), siempre se puede tener otra opinión con algún fundamento (por muy loco que este parezca). Así, propongo responder a ese primer desafío (“Where Do We Come From?”) con la siguiente palabra: Agua.

Pasamos a explicar.

Al estudiar la evolución humana, dejando de lado las ideas como el creacionismo, el fijismo de Anaximandro y la generación espontánea de Aristóteles, llegamos de forma inevitable al darwinismo y a sus respectivos conceptos subyacentes, tales como el ancestro común. Ahora todo el mundo se ha dado cuenta de que somos “parecidos” a los monos. Tal vez sea coincidencia, tal vez no. Los estudiosos dicen que esta similitud se debe a que ambos partimos de un ancestro común. Tiene sentido.

Sin embargo, y a pesar de estas similitudes, ¿por qué diablos somos tan diferentes?

Y es aquí donde entra una teoría, que en mi opinión, no ha recibido el suficiente crédito. Fue presentada por primera vez en 1940 y ha estado en expansión desde entonces, gracias a su brillante y firme defensor, Elaine Morgan. Sin más preámbulos, se trata de:

Aquatic Ape Hypothesis (AAH)

Una premisa fundamental de esta teoría de la evolución se basa en la idea de que los proto-humanos pasaron un período considerable de tiempo para adaptarse a un ambiente parcialmente acuático, lo que puede justificar nuestras diferencias físicas y “mentales” con nuestros “antepasados​” los monos.

Algunos argumentos a favor tomados del libro The Aquatic Ape: Fact Or Fiction? : the First Scientific Evaluation of a Controversial Theory of Human Evolution:

  • – En comparación con el resto de los primates, los seres humanos están dotados de una forma fina mucho más hidrodinámica y perfeccionada para el movimiento submarino.
  • – Menor cantidad de pelo, innecesario en un ambiente acuático.
  • – Capacidad de controlar voluntariamente la respiración.
  • – Vestigios de pliegues entre los dedos de las manos.
  • – Laringe en descenso.
  • – Mecanismos en la nariz para bloquear la entrada de agua.

Y quizás lo más importante, nuestro cerebro precisa y trabaja con nutrientes tales como el ácido docosahexaenoico y el yodo, que son absorbidos principalmente por la ingesta de peces, cangrejos de río, y así sucesivamente. Curiosamente, estos dos compuesto (DHA y yodo, en los cangrejos y peces pequeños) posiblemente sean los responsables por el boost cerebral (cognición) que nos distingue de otros primates.

Delfin

La cosa no para ahí, hace unos años se publicó un estudio en la edición de septiembre de la revista Trends in Cognitive Science (Volume 13, Issue 9) en el que se demostró que existen fuertes razones para sospechar que algunos animales, como los delfines y algunas especies de monos, pueden reflexionar sobre sus estados de espíritu y hasta regularlos – metacognición consciente.

Ahora, teniendo en cuenta esto y lo que ya se ha dicho anteriormente sobre el ambiente acuático ¿tienen lo necesario para potencias un boost cerebral debido al DHA, atreviéndose a sumar 2+2?

Conclusión: ¿Serán los delfines los próximos en llegar a un estado de experiencia y plena conciencia de sí mismos?

Referencias: 1, 2, 3, 4

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7 comentarios en «Hidrosupremacia: origen humano y el ascenso de los delfines»

  1. Plena conciencia de si mismos la tienen, ademas de los primates son de las pocas especies que se reconocen a si mismas frente a un espejo… se ha descubierto que entre ellos se dirigen específicamente con una frecuencia … osea, como si tuviesen nombres entre ellos, tienen sexo por placer, e igual matan por placer (cazan tiburones y los matan “por diversión”) y un sin numero de cosas mas que los posicionan casi por arriba de los simios (mentalmente hablando)

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  2. Vaya, suena bastante cuerdo. Desafortunadamente, falta la evidencia de fósiles de primates u homínidos acuáticos, que tendrían que haberse encontrado a estas alturas… La hipótesis de Engels sobre que el desarrollo cerebral provino por una parte de la capacidad de andar ergido y del consumo de carne (tomen esa, veganos! 🙂 )esta al menos en igualdad de condiciones.

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