Harry Price, el primer Caza Fantasmas

¿Quién ha escuchado hablar de Harry Price? En nuestros días el nombre quizá haya quedado en el olvido, pero hubo un tiempo en que este hombre fue considerado el mayor y más importante investigador paranormal del mundo. Desde la década de los 20 y hasta mitad de los años 40, ningún periódico o artículo de revista sobre temas que involucraran sucesos paranormales, fantasmas, apariciones, o programas de radio hablando del fenómeno poltergeist, estaba completo sin la participación y opinión abalada de Price.

Harry Price Fotografía

En vida fue un talentoso y prolífico escritor, periodista, ensayista y promotor de sus propias hazañas. Durante una carrera que se extendió por casi cuatro décadas, Price visitó a una enorme cantidad de médiums, investigó cientos de fenómenos inexplicables y exploró todo tipo de casas embrujadas por Inglaterra (que no fueron pocas).

Llegó a fundar una institución dedicada exclusivamente a investigar tales fenómenos, el Laboratorio Nacional de Investigación Psíquica, una especie de departamento cuyo propósito era examinar el mundo paranormal desde un perfil científico. Este laboratorio reunió miles de documentos y formó una notable colección de libros y textos sobre ocultismo, magia, filosofía y religión. En la actualidad, la Biblioteca Price aun sirve a estudiantes e investigadores interesados en profundizar en las ciencias ocultas.

Biblioteca Price

Nadie se dedicó más que Harry Price a develar los secretos de la llamada “época de oro” del espiritismo. De la misma forma respetado y detestado por muchos enemigos, no hay forma de negar la influencia de Price como uno de los personajes más prominentes del estudio paranormal durante el siglo XX. Con una personalidad carismática y brillante, se convirtió en lo que podríamos llamar un “cazador de fantasmas”, aunque el término de “celebridad paranormal” está igual de próximo. Quizás, el mayor mérito de Price haya sido llevar el tema a un público general. Él comprendió que al hacer de su objeto de estudio un tema emocionante y misterioso atraería la atención de las masas y conquistaría un lugar sobre los reflectores. Tal vez a causa de esto, después de su muerte en 1948, sus colegas resentidos por su éxito atacaron su legado, intentando manchar su reputación.

Durante muchos años, los investigadores lo consideraron un charlatán sinvergüenza. Pese a estas polémicas opiniones, es innegable que Price dejó su huella muy marcada. Aunque carecía de preparación formal y no calificaba como un doctor en parapsicología, es innegable que sus métodos y habilidades resultaron auténticas. Harry Price era, además de investigador paranormal, un ilusionista y experto en detección de fraudes, capaz de revelar los trucos y desenmascarar a los falsos médiums. Su éxito fue como una cachetada en la cara para los investigadores tradicionales.

El trabajo de Price era innovador y sus métodos involucraban investigaciones y la recolección cronológica de fenómenos aun utilizada hasta nuestros días. Su investigación de la famosa Rectoria Borley (Borley Rectory) se convirtió en la primera investigación paranormal moderna de una casa embrujada.

La carrera de un caza fantasmas.

Harry Price nació en Londres en 1881, fue hijo de un vendedor ambulante. Su interés por el mundo paranormal inició en 1889 cuando asistió por primera vez a una presentación de un ilusionista. A partir de ese momento se convirtió en un amante de la magia y comenzó a realizar sus propios trucos de escenario para divertir a sus parientes y amigos. Desde el inicio, comprendió que los trucos se podían utilizar para sorprender a las personas y que “el ilusionista solamente guiaba al público para que vieran lo que él les quería mostrar”.

harry price foto

La primera investigación paranormal en la que se involucró Price, tuvo lugar cuando tenía apenas 15 años. Él y un amigo se las arreglaron para conseguir permiso de pasar la noche en una vieja propiedad que supuestamente estaba embrujada. Price relató años después que aquella experiencia había sido algo inquietante y que llegó a escuchar algunos sonidos inexplicables y murmullos aterradores. Este evento le sembró el interés por los fantasmas y los fenómenos inexplicables.

Luego de graduarse de la educación media, Price experimentó con varios trabajos, habiendo destacado como periodista. En 1908, luego de contraer matrimonio con una acaudalada heredera, comenzó a dedicarse de lleno al oficio que pasó a llamar “cazador de fantasmas”. En aquella época, él ya formaba parte de la Sociedad de Estudios Psíquicos (Society of Psych Research, o SPR), y escribía artículos sobre apariciones británicas famosas.

En 1918, Price ya había visitado decenas de casas embrujadas e innumerables sesiones de espiritismo con el objetivo de exponer a los charlatanes que abusaban de la inocencia de otras personas. Se había convertido en un maestro ilusionista y su experiencia con los trucos de escenario le permitía señalar todo tipo de estafas. Así como el famoso Harry Houdini, Price era un Debunker (un ilusionista que desenmascaraba los fraudes espiritistas). Su fama aumentó y no tardó demasiado para que se volviera el miembro más famoso de la SPR.

Una de las primeras investigaciones de Price fue la que expuso al fotógrafo William Hope que estaba haciendo una fortuna tomando fotografías de espíritus captados por sus lentes. El “cazador de fantasmas” examinó el equipo de Hope y descubrió que este utilizaba lentes previamente preparadas para simular que los fantasma se encontraban alrededor de las personas. El caso ganó cierta fama en la prensa y Hope terminó siendo procesado judicialmente, mientras que la fama de Price en Londres no hacía más que crecer. Hacia el inicio de la década de 1920, ya había desenmascarado a cuando menos 10 falsos médiums.

fantasmas william hope

El cambio de carrera de Price sucedió en 1920, cuando conoció a una joven enfermera de nombre Stella Cranshaw que decía estar poseída por un espíritu desde hacía años. Afirmaba que una misma aparición fantasmal le provocaba sueños extraños, hacía levitar los objetos en el aire y producía un brusco descenso en la temperatura cada vez que se manifestaba. Absorto por la historia de Stella, Price comenzó a estudiar el fenómeno creyendo que se trataba de un fraude muy bien preparado. Se realizaron una serie de experimentos en la sede de la Alianza Espiritista de Londres y Price quedó muy impresionado con lo que vio.

El espíritu, identificado como “Palma”, se comunicaba a través de Stella y respondía todo tipo de preguntas, además de azotar puertas y lanzar objetos contra las paredes. Durante los experimentos, Price registró cambios repentinos de temperatura en el ambiente. Hasta donde el “caza fantasmas” podía deducir, el caso de Stella Cranshaw era autentico. Luego de registrar el fenómeno científicamente, Price invitó a la joven a otra sesión en la que empleó instrumentos capaces de analizar los que estaba sucediendo. Durante esta sesión, varios objetos que habían sido puestos sobre una mesa volaron por toda la habitación, los aparatos de Price registraron todo y él fue capaz hasta de tomar varias fotografías de sus instrumentos levitando alrededor de Stella.

harry price

Price fue duramente criticado por sus colegas de la SPR por defender el don de Stella Cranshaw. Él argumentaba no haber sido capaz de identificar ningún truco o ilusión durante las sesiones en que participó. Además, la propia señorita Cranshaw no explotaba su “poderes” con el objetivo de enriquecerse, y afirmaba que cada sesión era agotadora y extremadamente desgastante. Prince consiguió persuadir a Cranshaw para que realizara una sesión espiritista en la sede se la SPR, frente a sus colegas escépticos, con el fin de probar su posición. Las dos sesiones, sin embargo, fueron un completo fracaso, ningún espíritu se materializó levantando los objetos por los aires y azotando puertas y ventanas.

Cranshaw alegó que el “escepticismo” de los presentes había provocado que “Palma” se negara a manifestarse. Los miembros de la SPR, por su puesto, afirmaron que el fraude no podía ser escenificado ante un público especialmente entrenado.  Prince continuó solicitando a Stella que demostrara su don, hasta que finalmente en 1926, los dos tuvieron una fuerte pelea. Prince afirmó hasta el final de su vida que el caso de Stella era autentico, mientras que la mujer se perdió en el anonimato de una vida normal después de casarse en 1928. Hasta donde se sabe, jamás explotó a su médium en beneficio propio.

Pese a este episodio, la credibilidad de Price ni siquiera sufrió arañazos. Continuó siendo respetado y requerido como una autoridad cuando el asunto implicaba lo paranormal. Sus colegas en la SPR no aceptaban su asociación con la Alianza Espiritista de Londres lo que acarreó su expulsión de la Sociedad.

En 1928, Prince inició la construcción del Laboratorio Nacional de Investigación de lo Paranormal, que pretendía reunir documentos e historias sobre manifestaciones sobrenaturales. El archivo del Laboratorio fue desde un inicio alimentado por recortes de periódico, narraciones, archivos y cartas de todo el mundo. Además del archivo, se comenzó a formar una vasta biblioteca a medida que aficionados e interesados le enviaban a Price libros sobre el tema. Respaldado por sus fieles seguidores, Price abrió las puertas de su Laboratorio a todo aquel interesado en consultar los libros y archivos. En esa época, él escribía artículos en varias revistas especializadas en espiritismo, asuntos paranormales y enigmas sobrenaturales. También destacaba frecuentemente en los programas de radio en exploraban el tema y relataban acontecimientos fantasmagóricos.

En 1929, Price recibió una invitación para viajar por el continente europeo y dirigir experimentos que comprobaran (o no) la veracidad del don de varios médiums. En Múnich, Alemania estudió los autoproclamados poderes de un médium llamado Willi Schneider y quedó impresionado por lo que testificó. Willi era capaz no solamente de manifestar espíritus que respondían preguntas, también lograba hacer levitar objetos y asumir la apariencia y los gestos de otras personas vivas o muertas que jamás había conocido. El objetivo de Price en ese punto se había convertido en una búsqueda de espiritistas verdaderos y no en la exposición de los charlatanes. Escribió el libro “Revelations of a Spirit Medium” en el que relató todas las fases de la investigación sobre el fenómeno médium.

Dando continuidad a su viaje por Europa, Price se interesó en estudiar la base del ocultismo en Alemania. Allí realizó varias investigaciones sobre magia negra, satanismo y hechicería. Y según los biógrafos, se involucró con grupos que aseguraban ser capaces de realizar magia verdadera. Price, incluso, habría participado en una ceremonia cuyo objetivo era transformar un hombre en una cabra (experimento que falló de forma miserable).

Harry Price en el laboratorio

Cerca de Rumania, fue llevado hasta una joven campesina de nombre Eleonora Zugan, que experimentaba un violento fenómeno de poltergeist. La joven fue rescatada de un asilo para enfermos mentales y fue trasladada a Viena donde consultó a varios psiquiatras. Según el investigador, Eleonora manifestaba “estigmas” en su cuerpo, heridas que coinciden con las llagas sufridas por Jesucristo durante el vía crucis. Price realizó varios experimentos y determinó que las heridas surgían de forma espontánea en el cuerpo de la joven, incluso cuando esta dormía.

Fascinado por el tema, se le otorgó un permiso de la Iglesia para consultar los Archivos del Vaticano que relataban casos semejantes alrededor del mundo. El fenómeno de Eleonora se convirtió en uno de los casos de estigmas más documentados de la historia, incluso con fragmentos capturados en un filme. A los 14 años, poco antes de entrar a la pubertad, las manifestaciones que atormentaban a la joven cesaron abruptamente.

Al inicio de la década de los 30, Price pasó a estudiar el caso de Rudi Schneider, el hermano de Willi, cuyas habilidades supuestamente superaban a las del hermano. Rudi viajó hasta Inglaterra y fue puesto a prueba por Price en el Laboratorio. Las capacidades psíquicas del joven fueron determinadas a través de lecturas y circuitos electrónicos diseñados especialmente por el investigador para medir habilidades paranormales. Entre las capacidades del joven alemán, Price destacó su notable capacidad para crear masas de ectoplasma que eran moldeadas en forma de rostros y miembros humanos. Documentó el fenómeno a través de fotografías declarando que él era “absolutamente genuino”, una prueba cabal de la existencia del mundo sobrenatural.

A lo largo de la década de los 30, Price se involucró con otros tantos campos de estudio paranormal. Unió fuerzas con los psiquiatras y estudiosos del comportamiento humano para analizar los casos psíquicos y de clarividencia. También trabajó con el investigador Nandor Fodor, un especialista en casos de fantasmas violentos y responsable de popularizar el término poltergeist (fantasma ruidoso). Los dos se involucraron en una investigación sobre un espíritu bastante inquieto que asustaba a una familia en Surrey.

Uno de los casos más raros de la carrera de Price fue el de Gef, una especie de comadreja parlanchina que vivía en Cashen Gap, en Isla de Man (sí, un animal que hablaba). El incidente que comenzó a ser difundido en 1931, atrajo la atención de Price a mediados de 1936 cuando la fama del animal parlanchín se esparcía por todo Inglaterra causando conmoción. Price se digirió hasta el lugar donde el magnífico animal aparecía, y en compañía de R.S. Lambert, el editor de un popular programa llamado “The Listener”, intentó entrar en contacto con la criatura, pero esta se negó a aparecer. El programa registró una audiencia record y la extraña entrevista dirigida por Price con preguntas hacía el roedor parlante se destaca ente los momentos más raros de su carrera.

harry price R.S. Lambert

La carrera de Harry Price tuvo un nuevo giro hacia la segunda mitad de la década de los 30, cuando el ya famoso “cazador de fantasmas” dio inicio a sus investigaciones sobre casas y lugares encantados. Tal vez fueron estos casos los que le dieron fama alrededor de todo el mundo. Price ya se había metido con el tema anteriormente, pero la exploración de una famosa casa embrujada en el condado de Essex, conocida como la Rectoría Borley (10 lugares con historias de fantasmas) lanzó su nombre al estrellato y estableció un nuevo hito para los investigadores de lo sobrenatural.

Luego de concluir su exploración en la Rectoría Borley, Price publicó varios libros sobre su experiencia como “cazador de fantasmas”. Sus trabajos se hicieron bastante populares y el jamás dejó de ser publicado durante los últimos 60 años.

Durante la Segunda Guerra Mundial, Price afirmó haber sido contactado por oficiales del gobierno británico para realizar experimentos que tenían como objetivo localizar submarinos enemigos en el Mar del Norte. También reveló haber sido consultado respecto a temas de astrología y reveló que le pagaron para que revisara el mapa astral de los enemigos, entre los cuales figuraba el propio Adolfo Hitler.

Harry Price terminó sus días en 1948, víctima de un ataque cardiaco fulminante a los 67 años de edad. Al momento de su muerte continuaba trabajando en sus casos en su Laboratorio y planeaba un viaje a América. Hasta el día de su muerte acostumbró a investigar personalmente los acontecimientos sobrenaturales que aparecían en las páginas de los periódicos.

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