El mundo pierde US$ 1 billón al año por no tratar depresión y ansiedad

Investigaciones recientes de la Organización Mundial de la Salud (OMS) indican que el tratamiento ineficaz de la depresión y la ansiedad están generando serios problemas económicos. Estos trastornos de salud mental le cuestan a la economía global alrededor de US$ 1 billón al año, según un estudio publicado por la revista The Lancet Psychiatry.

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Como si esto no fuera suficiente, en una participación para la NPR el médico Shekhar Saxena, de la OMS, aseguró que las enfermedades mentales causan “muchas muertes y demasiada invalidez”.

“Desde el punto de vista de la salud pública, siempre ha tenido sentido tratar este tipo de desorden psicológico”, afirma en un comunicado la directora general de la OMS, Dra. Margaret Chan. Para ella, “este nuevo estudio también confirma que es relevante desde un punto de vista económico”.

El estudio estimó lo que sucedería si se destinaran más recursos para mejorar los tratamientos contra la depresión y la ansiedad en 36 países de ingresos bajos, medios y altos entre el 2016 y el año 2030. La mejoría en los tratamientos, especialmente de la terapia psicosocial y la terapia con medicamentos antidepresivos, tendría un costo total de US$ 147 mil millones en dicho periodo.

La buena noticia es que la intensificación del tratamiento se traduciría en una mejoría del 5% en la participación y productividad en la fuerza de trabajo, algo que según las estimaciones del estudio inyectaría $399 mil millones más a la economía global, y las mejoras en las condiciones generales de salud tendrían un retorno adicional de US$ 310 mil millones.

“En materia de salud mental, todos los países están en vías de desarrollo”, dijo Saxena, explicando que algunos países de alto ingreso en promedio solo tienen un psiquiatra para cada 2,000 habitantes. En este momento la OMS tiene varios programas en curso para evaluar los recursos de la salud mental en diferentes países, enviando profesionales especializados para asistir a las personas en situaciones de emergencia.

“Este no solo es un problema de salud pública, también es un problema de desarrollo”, explicó Jim Yong Kim, presidente del Banco Mundial. “Es necesario actuar ahora, por qué la economía global no puede darse el lujo de costear la productividad perdida”.

Nota: el PIB de México en 2013 fue de US$ 1.261 billones, con esto nos podemos dar una idea de la gravedad del asunto.

fuente: OMS

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4 comentarios en «El mundo pierde US$ 1 billón al año por no tratar depresión y ansiedad»

  1. pues tiene sentido, los depresivos suelen rendir menos en todo, además que llegados a ser suicidas hay menos fuerza laboral, además que nunca se sabe cual tenía una idea revolucionaria o al menos rentable

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  2. En otras palabras la solución a mediano y corto plazo es drogarnos y meternos en una especie de locura haciéndonos una especie de lavado de cerebro, para ver con mayor optimismo exactamente lo mismo que vemos en la actualidad.

    Se oye feo pero es buena idea. Ahora solo falta quien se quiera hacer cargo del gasto, porque casi ningún gobierno puede darse ese lujo

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    • Se cataloga como pérdida económica debido a que es un problema de salud pública, es decir, los gobiernos asumen los gastos de la enfermedad en personas que cuentan con seguridad social, tales como: tratamientos, incapacidades, incluso la muerte del enfermo, y por lo tanto, las pensiones de los deudos. En lugar de que ese dinero se pueda destinar a educación, obra pública, inversión, crecimiento, desarrollo, etc.

      Obviamente esto sucede en países desarrollados, pero en México dudo mucho que el Seguro Social cubra este tipo de enfermedades (la verdad lo ignoro).

      Otro tipo de pérdida, la cual no aclara si también está contabilizada, es por ejemplo lo que sucede en la iniciativa privada: cuando el dueño de un negocio (sin seguridad social obviamente) se enferma y el negocio se viene abajo y cierra, y con ello el número de empleos que se pierden.

      Por experiencia propia les puedo decir que es algo muy difícil de tratar, y cada vez son más las personas víctimas de esta enfermedad. Pero indudablemente creo que la solución no es el tratamiento, sino la prevención. Nuestro estilo de vida lleno de estrés (principalmente derivado de lo económico) esta viralizando este tipo de enfermedades. Creo que en lugar de buscar «tratamientos más eficaces», deberíamos replantearnos nuestro estilo de vida.

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