Atención e inspiración vs IQ

El Cociente Intelectual es una medida de referencia utilizada en los últimos años para clasificar la capacidad cognitiva, pero de ninguna manera limita o determina la capacidad de las personas, como se ha demostrado en varios estudios recientes que cuestionan su aplicación. Así fue como un psicólogo se dedicó a demostrar que las personas con bajos niveles de IQ puede ser tan o más capaces en sus funciones laborales.

inteligencia

El mito del IQ reproduce un patrón de éxito extremo y es relacionado a la percepción de éxito que puede tener una persona sobre sí misma, en función de su inteligencia intelectual. Sin embargo, recordemos que no es el único tipo de inteligencia que existe, y mucho menos la única que importa; en el caso de los niños, encerrarlos en la evaluación de un número puede tener un impacto en su autoestima y en la formación de su subjetividad.

Las personas más inteligentes.

El psicólogo de la Universidad de Nueva York, Scott Barry Kaufman, examina este fenómeno en su libro “Ungifted: Intelligence Redefined“, que desafía la idea de que sólo las personas con elevado coeficiente intelectual son creativas o dotadas de cualidades deseables.

Sus debilidades pueden estar conectadas a sus fortalezas.

En su libro, Kaufman afirma que los diagnósticos como la dislexia o el autismo, que en nuestra sociedad se perciben como enfermedades, pueden de hecho ser ventajosos. Las personas con autismo han demostrado ser excelentes en las actividades de programación, y las personas con dislexia parecen tener un nivel más alto que el promedio en cuanto a la inteligencia espacial. Algunos disléxicos famosos nos permiten cuestionar la idea de la discapacidad y aportar un nuevo significado a la idea políticamente correcta de capacidades diferentes.

Los disléxicos suelen tener el hemisferio derecho del cerebro más desarrollado que el izquierdo. Con esto, poseen facilidad de llevar a cabo actividades relacionadas con la creatividad. Por lo tanto, la recurrencia de la enfermedad es grande entre los científicos, escritores y personalidades del mundo empresarial y político. A continuación se muestra una lista de disléxicos famosos:

Agatha Christie
Andy Warhol
Charles Darwin
Cher
Franklin D. Roosevelt
George Washington
Leonardo Da Vinci
Napoleón Bonaparte
Pablo Picasso
Robin Williams
Thomas A. Edison
Tom Cruise
Tommy Hilfiger
Vincent van Gogh
Walt Disney
Whoopi Goldberg
Winston Churchill

El secreto está en la inspiración.

La capacidad de dedicar nuestra atención y energía en un proyecto o trabajo depende de la gestión eficaz de nuestros recursos psíquicos. Una persona con un alto nivel de inspiración, dice Kaufman, es alguien que consigue llevar un proceso hasta sus últimas consecuencias. Después de todo, una idea revolucionaria es sólo la primera parte del proceso creativo; la capacidad de trabajar y dedicar tiempo y atención a es la que hará la diferencia al final. El novelista Henry Miller decía que “cuando no se puede crear, se puede trabajar” en el sentido de que si falla la inspiración, la disciplina y la capacidad de realizar tareas pendientes también contribuyen estructuralmente en el proceso.

Delegación y autonomía.

Kaufman analizó las investigaciones que muestra que los estudiantes aprendían mejor cuando sintieron que tenían opciones sobre posibles cursos de acción. En lugar de pedirles que obedecieran órdenes o instrucciones, con frases tales como “debes hacer” o “es necesario que …“, obtuvieron un mejor desempeño en las pruebas cuando se les dijo “puedes hacer” o “puedes elegir“. La capacidad de dirigir su propio esfuerzo (además de la posibilidad de delegar en otros, como directores o gerentes que permiten que sus empleados tengan autodeterminación sobre su propio trabajo) genera un sentido de autonomía que puede ser muy motivador para cualquier persona.

Deja de hablar mal de ti.

Aprendemos por repetición, de modo que si un niño crece escuchando a sus padres y maestros que pueden hacer una determinada tarea, su rendimiento será mejor que un niño cuya capacidad no fue fomentada. Del mismo modo todos tenemos un censor o narrador malicioso que nos dice, todo el tiempo, todo lo que es malo con respecto a nosotros y el mundo. Este mecanismo de defensa evolutivo es beneficioso porque nos alerta de zonas sombrías y oportunidades para mejorar, pero la autocrítica es muy diferente del autosabotaje. No se trata de un lavado de cerebro, simplemente de tomar conciencia de que la atención que prestamos al autosabotaje se repetirá como un patrón aprendido de forma automática, que se puede desactivar tomando conciencia de la dirección de nuestra atención.

Co.Create

Quizá te interesa:

8 comentarios en «Atención e inspiración vs IQ»

  1. La dislexia es más que el escribir. Solo cunfundes un poco las letras, números, símbolos, o palabras. Dependiendo el grado que tengas es que tan fregado esta tu sentido al componer frases.

    Responder
  2. Discreparía de que no se puede medir la inteligencia musical o espacial, algo han de hacer en el conservatorio o en San Carlos para seleccionar a sus alumnos. La aptitud física vaya que se mide, lo han hecho los ejércitos del mundo desde hace siglos. Quizá no puedan poner un bonito número a ello, pero los que saben de cada disciplina pueden distinguir entre un pez más del estanque y una luminaria en potencia.
    ¿En serio Agatha Christie era dislexica? ¿Cómo hacia para escribir sus novelas? ¿Sólo dictaba? Por otro lado los psicólogos mueven tanto su definición de males como la dislexia o el autismo que al final resulta que todos somos a medias disléxicos y autistas en cierto grado, pero confundir una d con una p de vez en cuando no te vuelve disléxico. No creo que la lista publicada sea 100% creíble.

    Responder
      • Esta bien, creo que 90% se queda corto. La mayoría de las personas somos normales (si no, ¿qué sería normal?) Pero para motivar en serio, pues los talentos enormes son tan raros como las personas absolutamente inútiles. Y para nosotros los normales, el consejo de que sólo queda trabajar es muy bueno, nos trajo de la edad de las cavernas al siglo XXI, así que algo hemos de estar haciendo bien.

        Responder

Deja un comentario